La vida no es un cuento de hadas.

Ni miles de kilómetros me impiden quererte.

A veces me pregunto por qué la vida nos mantiene a tantos kilómetros de las personas que quisiéramos tener a centímetros.
Dejame decirte que no es para nada fácil tener que aceptar que te tengo al otro lado del mundo. No es fácil necesitarte conmigo y tenerte tan lejos... No es fácil vivir con la necesidad de verte todos los días.
No hay noche en la que no piense cómo sería el tenerte frente a frente por primera vez, el sentir un primer abrazo y poder por fin decirte lo mucho que te aprecio mirandote a los ojos.
Son incontrolables las ganas de estar contigo... Pero, ¿sabes? Aunque estemos a miles de kilómetros, nuestra amistad es única y estoy totalmente agradecida de que ni la maldita distancia nos separe.
Contigo aprendí que no es necesario ver a alguien para sentirlo cerca. La confianza que te tengo es totalmente producto de tu forma de ser conmigo.
Es un poco complicado, o tal vez no. Pero te quiero por sobre todos los kilómetros que no me permiten poder abrazarte.
Contigo aprendí que mis padres no siempre tienen razón, conocerte a través de una red social fue lo mejor que me pasó. Gracias por enseñarme a amar.
Gracias por hacerme feliz, incluso a la distancia.