Prologo

222 10 6
                                    

La nieve caía del cielo, paraba en las calles, autos, árboles y en nosotros, me encantaba esta época del año donde el frío era lo del día y tras ello la nieve, era como una esponjosa almohada, pero por todos lados, su color blanco era hermoso también.

Estaba esperando a Sara, una amiga de la infancia, me había invitado a un museo, no me gustaba del todo, pero era mejor que quedarme en casa junto a mis hermanos, no vivía con mis padres, pero eso no importaba ahora, solo quería que llegara para que no me muriera aquí afuera, porqué sí, me gustaba mucho este clima, pero no lo soportaba tanto como me gustaría.

— Jafet — oigo como me gritan y volteo viendo a la castaña llegar corriendo, suelto una pequeña risa y frunce su ceño — no te rías, hace mucho frío

— es que pareces un osito, tienes puestos muchos suéteres además de tu bufanda y gorro — me da un pequeño golpe y me río más — ya vamos.

Por fin entramos y pagamos los boletos, era muy lindo, estaban mostrando unas pinturas las cuales eran el objetivo de Sara, venir a ver unas pinturas que solo se iban a exponer el día de hoy, eran extrañas, a mí no me gustaba mucho la pintura, bueno el arte en general no lo entendía me era muy difícil hacerlo, pero lo apreciaba.

Estaba viendo todo cuando una me atrapo, no sabía porque, pero me había atrapado, nunca la había visto en mi vida, era linda.

— hola — escucho que me hablan y volteo a mirar — ¿te gusta? — al mirarlo una sensación de calidez llenaba en mí, era algo que no podía explicar ahora, no podía decir que era ya que era un extraño.

Niego levemente y sonrío — no, bueno no es que no me guste sino, solo no puedo explicarlo — reí en un vano intento de calmarme, es que era muy apuesto y sus ojos que no pude dejar de ver eran preciosos y no bromeo, tenían un hermoso color esmeralda.

— dicen que será el único día que lo expondrán — menciona metiendo sus manos en los bolsillos de su chaqueta.

Comenzamos a platicar, realmente era divertido, por un tiempo olvide a Sara y es que ella se había apartado de mi lado yéndose a no sé dónde, casi siempre hacía eso, pero era porque no tenía la atención a una sola cosa; llega a los minutos y nos mira, parecía escanear al chico y me lleva con ella, no pude despedirme ni siquiera.

Caminábamos por la calle a una cafetería para seguir hablando, estaba pensando en el chico lindo y es que, no había podido olvidar su mirada, era tan cálida y hermosa a la vez, no veías a chicos así muy seguido, una vez leí en internet que cuando te enamoras a primera vista huele a orquídeas, era lindo pensar en eso.

— hey chico enamorado — Sara me saca de mi mente y me mira — ¿conocías a ese chico? — niego con la cabeza — parece que te cautivo desde el primer momento de verle

— eso es mentira — reí — nadie se enamora tan rápido, solo era un chico curioso y para tu información me interesa otra persona.

No era mentira, me interesaba alguien más, pero eso no era importante, no quería hablar de mis errores en el amor, era una mierda y no bromeaba, todas mis relaciones habían sido unilaterales o solo sexo, estaba cansado de eso.

Ella solo asiente y entramos al lugar pidiendo ambos un café para cada uno, nos sentamos y miré a la ventana, las personas pasaban caminando, otras corrían y otras iban en algún tipo de transporte, por un instante deje de pensar en Sara y su plática, es que ¿qué los hacia ser así? Es decir, ellos no parecían ser felices, bueno la mayoría, otros solo caminaban seguramente sin pensar en nada más que llegar a casa luego de trabajar todo el día.

Y yo, estaba aquí pensando en qué hacer con mi vida, pensando en qué hacer con lo que tenía en la cabeza.

— oye, Jafet ¿de verdad te pego lo de Jonathan verdad? — la miré y sonreí, supongo que mi sonrisa era rota, pues me vio con lástima — perdón

Solo negué con la cabeza — no pasa nada, él solo no era para mí, debo volver a casa.
Dejé dinero y me fui por mi lado, no podía dejar de pensar en él, Jonathan era mi todo y ahora éramos dos extraños, mi corazón siempre sería de él, sin importar con quien estuviera, el día que nos separamos fue muy duro, estábamos solos fuera de su casa, yo en el suelo llorando y con sangre en el labio luego de que me golpeara, no era un golpeador solo, nos habían visto besándonos y eso no le gustó, prefirió vivir una vida de mentira a estar con quien realmente amaba, yo solo me fui a mi casa gritándole "jamás"

El amor es una mierda... 

Quédate A Mi Lado (editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora