Hoy es de esos días en que preferiría no haber despertado, en el que te levantas y miras por la ventana la calle rociada de una luz radiante pero solo ves sombras. Caminas entre gente gris, las hojas de los árboles languidecen y ni siquiera se inquietan cuando el viento sopla, y los pájaros no cantan, ni las flores huelen.
Hoy es uno de esos días en los que personas que creía invencibles se han desplomado como torres bombardeadas por mil cañones, rendidas sin ninguna esperanza. Cuando el único consuelo que queda es pensar que, quizá, algún día todo sea mejor, aguardar a que un milagro suceda es lo único que nos mantiene con los ojos abiertos porque, en realidad, ya nada vale la pena.
Qué triste es ver cómo las cosas pasan de largo, cómo pasan por tu puerta sembrando una maceta de ilusión que tú riegas con esperanza y ves crecer orgulloso, para luego despedirte de ella con las prisas de un pequeño niño le da un fugaz beso a su madre porque quiere ir a jugar. Estos días, donde el fuego se convierte en cenizas, hacen que levantar la cabeza sea tan doloroso que no eres capaz de ver el horizonte, donde el sol brilla, donde aún hay vida.
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EL VALOR DE UNA VIDA.
Teen FictionEs increíblemente irónico y curioso que la vida se puede formar en fracciones de minutos y así mismo se puede acabar. No entendemos el valor de la vida ni del tiempo hasta cuando ya es demasiado tardé, todos incluyendome no lo entendemos. Y la vida...