Día 1
Suena mi despertador a las 6:00 del lunes. Empieza una nueva semana, pero no cualquier semana, esta semana no estaré yo nomas. Tendré dos personas a mi lado, dos personas que solo yo podré ver, estarán cada instante y en cada lugar en donde yo este estos días. A mi izquierda estará un ser maligno, de un cuerpo tan rojo como si pasara todo el tiempo en la playa, una mirada terrorífica y a la vez tentadora… Satanás. Y a mí derecha estará el ser más bueno, comprensivo, fiel y amoroso de todo el universo… Dios.
Tomando mi desayuno estoy, sentado en la mesa con mis padres y mis hermanos menores, cuando escucho una carcajada a mi lado izquierdo, Satanás disfrutando porque me senté, comí y me paré como si fuera algo normal, entonces Dios me dice: “¿Sabes que lo que estas comiendo es un milagro? ¿Sabes el sacrificio que hacen tus padres para llevar eso hasta tu mesa? ¿Simplemente lo comes y te vas?”…Finjo no haber escuchado nada alzo mi mochila, me despido de mis padres con un frio ´´ ya vuelvo al almuerzo´´ que lo dije tan frio y despacio que no tengo la menor idea si lo escucharon, abro la puerta y salgo de mi casa sin mirar atrás.
El día esta hermoso, el cielo está más celeste que nunca y tenemos un sol brillante. Estoy entrando a mi nueva escuela, me siento feliz porque esta es una escuela grande, tiene aire acondicionado y salones muy cómodos. Entro y me acomodo en una silla de la primera fila que estaba al lado de la ventana. Era impresionante, nunca creí estar en un lugar como este, mi sonrisa nunca fue tan real como la de esos instantes. Veo entrar a mi profesor, un señor con una agradable sonrisa, peinado hacia atrás de contextura delgada, me mira y me dice que me presente, entonces me pongo de pie y le digo mi nombre, de donde venía, que me gustaba, cuando ya me iba a sentar el profesor me dice “y… ¿A que se dedican tus padres?”, cuando yo estaba a punto de responder me interrumpe Satanás y me dice “Miente, mira donde estas, todo lo que tienes en esta nueva escuela”, mientras que a mi lado derecho escucho una voz muy limpia y discreta que me dice en el oído “no lo hagas, tus padres hacen un esfuerzo enorme por tenerte aquí, sé sincero y ya verás que serás recompensado”. Entonces le digo a mi profesor mientras todos mis compañeros nuevos escuchaban atentamente. Mi papá es un exitoso ingeniero civil y mi mamá tiene una gran pastelería, todos me miraban sorprendidos y rápidamente me sentí aceptado y más feliz todavía aunque por dentro no me sentía del todo así ya que mi papá es el carpintero que hacia las ventanas y las puertas de los proyectos del ingeniero y mi mamá trabajaba haciendo limpieza en la pastelería. Satanás tenía una sonrisa de oreja a oreja mientras que Dios me miraba decepcionadamente.
Día 2
Martes por la tarde decido ir a la plaza central de mi ciudad para pasear y supuestamente yo relajarme un rato, voy de una polera azul, jean y zapatillas todo de marca que me habían regalado para mi cumpleaños, llego a un banco vacío, me siento en la parte del medio mientras Satanás lo hace al lado izquierdo y Dios lo hace en el lado derecho, pasando los minutos, se me acerca un mendigo y me pide una moneda por favor, con mucho desprecio y sin mirarle a los ojos le digo que no, Dios me pregunta “¿Por qué no le diste algo? ¿No lo viste como estaba?” y yo le respondo con una cara de apenado. Es que Dios yo no tengo dinero para estar regalando sabes que mi papá es carpintero y mi mama hace limpieza. Con cara de decepción y un poco de enojo Dios me dice “Bueno”.
Minutos más tarde se me apega una linda señorita de ojos cafés claros, cuerpo similar al de un árbol de Toborochi y senos de buen tamaño, me dice que había perdido su billetera y que por favor le de dinero para su pasaje, sin dudarlo saco mi billetera y le doy un billete de 20, le digo con una voz más gruesa de lo normal, ve con cuidado preciosa y se va sin ni siquiera decirme gracias. Escucho la voz de Satanás “Acabas de rechazar a un mendigo y le has dado un billete a una señorita que según tú ella lo necesitaba sabiendo en el fondo que solo te engañaba, tuúsi eres un buen hijo mío”.

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7 DÍAS... son suficientes
Dla nastolatkówSomos todos jóvenes! aprendamos a elegir con sabiduría