1- vecinos nuevos y hospital

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Antes de empezar quiero advertirles que mi novela sí tiene errores ortográficos, pero espero que por eso no dejen de leerla.

También quiero anunciarles que está en nuevo proceso de edición y espero no tardarme en ello.
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Sabri cariño, puedes alcansarme ese pote de allá arriba- pide mi abuela tratando de alcansar su tason de galletas.

- claro - me levante del sofá y luego de entrar a la cocina, le baje las galletas de la alacena.

- ¿te fijaste en los nuevos vecinos?- preguntó mi abuela tratando de chismear o tal vez simplemente cureosar.

- así, una chica y un chico, deben de estar entre los 17 y 18 - dije mirando por la ventana a los mencionados que bajaban cajas de un camión.

- mañana quiero que le lleves esta canasta y les des las galletitas- dijo mi abuela mientras preparaba su canasta.

- pero abuela...- trate de protestar, pero me interrumpió.

- pero abuela nada, hoy es viernes mañana por la tarde se las iras a dar como bienvenida ¡entendido!- replicó en tono firme y yo asentí con la cabeza estando de acuerdo - ¿mañana voy de compras quieres venir?- pregunto

- nop- respondo con rapidez

- pues con más razón le entregaras tu la canasta- ordena seria

- bien- respondo fastidiada

- llévale la comida a tu abuelo-pidió pasándome una pequeña bolsa con un bowl de comida adentro.

- otra vez se le quedó a pito- proteste sin gran importancia. Mi abuelo se llama pepito, pero todos lo conocen como pito ya que en el trabajo siempre se pasa silbando - voy a cambiarme, ya vengo- le aviso ya yéndome, empece a subir las escaleras y entre a mi habitación.

Saque una chaqueta de cuero negra con una camisa amarilla sin mangas, unos jeans azules, ajustados y rotos y unas vans grises. Antes de ir me de mi habitación tomo el teléfono y las llaves de la motocicleta, las cuales estaban en la mesita de noche. Baje las escaleras y me dirigí hacia la cocina. Tome el almuerzo de mi abuelo y salí de la casa. Tomo rumbo a mi moto BMW y cuando llego a su lado me monto en esta.

Al sentir miradas encima de mí me siento obligada a levantar la vista donde noto a mi nueva vecina con cajas en sus manos. Le restó importancia y me pongo el casco, prendo la BMW y arranco a toda velocidad hacia el hospital. No se los dije ¿cierto? mi abuelo es doctor y dueño de el hospital y mi abuela es enfermera, allí mismo se conocieron.

Cuando llegue al hospital, estacioné mi moto frente a este y subí rápidamente al piso donde se encontraba la oficina de mi abuelo. Al llegar al ultimo piso me encuentro con su muy alegre secretaria Megan.

- hola Meg- la saludo al llegar hasta ella.

- hola Sabri, tu abuelo esta atendiendo a un chico ¿volvió a dejar su almuerzo?- pregunto y yo asentí con la cabeza- ¿quieres que se lo deje yo?- preguntó amable

- no gracias yo misma se lo dare - dije y antes de irme la secretaria me detuvo.

- esta en el penúltimo piso, puerta 108- dijo Megan

- el piojoso con cancer, aww lo iré avistar, gracias- lo recuerdo con ternura y me voy directo al piso del piojoso hermoso.

En realidad se llama Rodolfo, pero siempre le llame piojo de cariño tiene 8 años. Rodolfo es como un hermano pequeño para mi casi siempre lo visito y le cuento como me fue y que e echo y aveces le traigo dulces o juguetes. Llegue a su cuarto y la puerta estaba entre abierta abrí la puerta sin hacer ruido y me que de en el umbral mirando como pito revisaba al piojo. Cuando Rodolfo se dio cuenta de mi presencia y salió corriendo a abrasarme.

Mitad ángelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora