Capítulo 5 Destination: Down

35 6 4
                                    

Cuando lo piensas es irónico que la mujer de negro, saque un naipe de corazones negros.

Dukeil ladra rabioso a mi lado a los soldados en la habitación más no a la mujer. Mi bello amigo puede ser adorable la mayoría del tiempo, pero yo no me metería con él ahora. La mujer mira entre Hiro-Chin y yo con su divertida sonrisa. Hay algo en ella no se exactamente qué es, pero no me asusta, transmite una especie de Paz y ansiedad simultáneamente. Hiro-Chin le dedica un asentimiento casi imperceptible. Dude si ir y aceptar el naipe o no, me refiero a que podía ser una especie de trampa o algo similar. Antes de decidirme, ella hace un movimiento con el naipe en su mano haciéndolo desaparecer. Ok..!eso fue impresionante!, ¿qué más puede hacer? , creo que mi sorpresa a se refleja en rostro causando Que está ría.

- debo admitir que esperaba algo similar, pastelito-comenta dirigiéndose a mi con su enorme sonrisa. ¿es no le duele sonreír asi todo el tiempo?... espera acaba de llamarme pastelito? Que caraj...- tranquila cielo, no es para enfadarse linda. Yo personalmente me encargaré de que este cómoda y bien- dice a Hiro-Chin

-Gracias, Pandora

- que estas haciendo- pregunto en susurros a hiro-Chin- no me gusta esto. No debes confiar en ella

- Calma querida- susurra de vuelta con Ternura, lo veo en sus ojos tristes, esas palabras no puede decir en voz alta .Aveces aunque duela lo más sano es decir adiós. Besa por última vez mi frente suavemente, casi con miedo de romperme. Hace bien en tenerlo. Siento mis ojos cerrados llenarse de lágrimas con el dolor de mi alma. ¿Alguna vez lo veré de nuevo?, ¿Que harán com él, conmigo?- Adiós- pronunció silenciosamente sólo par el.

Pandora estira su Inmaculada mano en señal de saludo, para no levantar sospechas de lo que siento se la estrecho, es fría como un cadaver y el fuego que de enciende en sus ojos dan mucho en que pensar.

-Buenos días Ineke- Dios! Su acento holandés es tan marcado que me da migraña, ajita recuerdos confusos y lejanos. Una voz: "Pastelito, tus padres se enfadaran si te ven a si, ven vamos a darte un baño, amor".Ajito la cabeza, saliendo de mi ensueño.- te puedes sentar?- no respondo mientras me siento en la cama.

Se inclina de puntillas casi entre mis piernas, antes de comenzar:- ¿ entiendes la situación en la que estas ahora?- pregunta suave mente
Mirándome con esos ojos negros como la noche ¿será qué, se viste negro para combinar en todo?- porque si no... - La interrumpo inclinando hacia delante, separando muestras caras sólo centímetros.

- si, Pandora. Lo entiendo. Dime.... ¿Acaso tu tienes idea en lo que te estás metiendo?.

Ríe con tanto placer que me desconcierta momentánea mente, al calmarse prosigue:

- Necesitamos trasladarse a un lugar más seguro y cómodo para, más... apto.

Paseo mi vista sobre su hombro, buscando algo, lo que sea para escapar, pero... ¿para que escapar si no hay a donde ir?. Me intriga ver donde planean llevarme. Tal vez a su sociedad - controladas como robots, supongo- pero una comunidad al fin. Con personas normales, con casas, autos y familias.

Familias felices. Como solia ser la mía.

Podría tener una vida real.

-Necesito ponerte esto.-saca una pañuelo de delicado encaje rosado, digno de una dama.

-¿porqué, no puedo ver a donde vamos?

- No seas impertinente, niña- sisea en mi cara.

-Pudrete.

Tenemos una pequeña pelea de miradas, hasta que me recompopongo y asiento. Si está mujer quiere jugar... esta bien. Juguemos. Inclino la cabeza facilitando el amarre en mi rostro. Casi me arrepiento al ver su gesto furioso convertido en una placentera sonrisa.

- ya es hora, muñequita!, vámonos.- exclama radiante , levantándose Coloca una mano alrededor de mi muñeca y otra al final de mi espalda, empujando me hacia delante.

Mi última vista es de un soldado inusualmente pálido, con vidriosos ojos cafés. Parece joven. Mientras Pandora amarra el pañuelo en mus ojos, pienso en esa antigua cultura cultura Árabe, tan controversial antes de desaparecer, como los jóvenes eran obligados comportarse como adultos. A ser adultos precoces, eso por darle un nombre.

Al estar "ciega" un sentido se agudiza en recompensa, el en mi caso fue el tacto. No lo veo pero lo ciento. Las paredes de mi celda quedan atrás con los sonidos de pasos sincronizados, sin contar los míos torpes y pesados. Las estrechas paredes del pasillo se mezclan de un cruce al otro conforme avanzamos. Siento mi piel herizarse cuando llegamos a campo abierto.
-¿Dónde estamos?-pregunto.

Nadie responde. Continúan caminando.

-Tengo una sorpresa para ti, amor. No digas que soy cruel. Ven!- grita Pandora.

Siento un hocico húmedo entre mis dedos-Dukeil...-unos brazos se cierran a mi alrededor abrazandome fuerte. Ese por cítrico, ese cabello liso que roza mi cien. Segundos después desaparece...

Hiro-chin.

Quiero llorar. Levantó mi brazos con el fin de corresponder a su abrazo. Pero ya sea ido. Escucho sus pasos alejarse en la oscuridad, llevándose consigo una parte de mi. Me inclino tocando a Dukeil en busca de consuelo.

Estoy lista.

- vámonos.-declaró.

Pandora ríe con gusto- así me gusta, pastelito, siempre valiente- que aliento más dulce, creo que se comió una pastelería entera.

-No lo recuerdas, ¿cierto?- su susurro quema mi oído.

-¿Recordar?- pregunto mi voz haciendo eco en el espacio. Habla de recordar el mundo exterior?, Ingrese a los 5 años no recuerdo gran cosa Einstein.

Tres pares de manos me levantan en el aire, es tan repentino que sólo puedo exalar furiosamente. No, No, No. Comienzo a gritar y patalear tratando liberarme, me importa un comino se caigo al suelo. Apesar de acertar muchos golpes, caminan con migo a rastras. Avanzamos pasos hasta que escucho una puerta abrirse diferente a las otras puertas , ¿que cerradura será? , nos detenemos al mismo tiempo que la risa de Pandora comienza.

!Alquilen callela, por favor!

-!calma Pastelito!, disfruta tu primer viaje en auto.

Doy lanzada a un aciento de espacio restringido, hecho de cuero, siento a alguien sentarse a mi lado, sé que se de Pandora por ese dulce aroma. El auto comienza a vibrar bajo nuestros pies.

- Andando- ordena Pandora.

- Me quiero bajar de esta cosa!, ¿a donde vamos?- No interesa nada de nada. Me. Quiero. Bajar.- !¿ a todas esta, donde está Dukeil?!- Dios mío, seguro matAron a mi perro.

-Tu montón de baba está bien- dice pausadamente cómo si pudiese leer mis pensamientos- Respecto a lo otro, vas a ver porque me llaman Pandora, pastelito.- Termina, besando ruidosamente mi mejilla derecha. Esta mujer tiene varios trastornos. Lo confirmó ella misma al pronunciar:

- Destino: abajo.



***************************
Nirvana D.


Onvolmakt© | #1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora