la venganza tiene un precio

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Las velas negras alumbraban el cuarto con flamas oscuras. Timothy y Jimmy se sentaron en la mesa redonda, la cual, estaba junto a una ventana que ofrecía vista del cielo y la ciudad debajo del monte.

La ouija estaba en la mesa, siendo iluminada perfectamente por la luz que la Luna reflejaba del Astro Rey. Estaba hecha de caoba, mejor madera incluso que la de la mesa y las sillas.

El tablero era nuevo. Reflejaba la oscura luz de las velas, y las letras negras estaban tan estilizadas que había que verlas dos veces para saber que letra era.

-¿Estás seguro de hacer esto? -Dijo Timothy, asustado y nervioso.

-¡Claro! ¿O no quieres hablar con tus padres?

-Es solo que... leí en internet que...

-¡No pasa nada! No todo lo que ponen en internet es real. Son solo especulaciones. -Interrumpió Jimmy.

-Pero...

-Vamos. Pon tus manos aquí. -Dijo moviendo las manos de Timothy hacia el triángulo en la tabla, para él después poner sus manos sobre el mismo. -Este triángulo nos indicará la letra, para ir formando palabras. Ahora, cierra los ojos y concéntrate en tus padres.

Timothy obedeció. Cerró sus ojos y pensó en el rostro de su madre, en el de su padre y recordó los momentos más felices que había pasado junto a ellos. Minutos más tarde se impacientó e intentó quitar sus manos del triángulo.

-Oye. Creo que no debemos hacer esto. Aparte, no ha pasado nada, yo me voy. -Dijo Timothy levantándose. Sin embargo, Jimmy lo tomó de la muñeca, impidiendo que Timothy se fuera.

-Paciencia, mi amigo. Creo que estoy empezando a sentirlo.

-¿Qué cosa? -Preguntó Timothy incrédulo.

-Ella era rubia, de un rostro claro, con unos grandes labios. Estaba muy buena, por cierto.

-Estás hablando de mi madre.

-Ese no es el punto. Yo nunca la conocí ¿O sí? -Decía Jimmy. Sus ojos estaban cerrados; los apretaba, como si intentara distinguir algo.

-Sigue. -Dijo Timothy, volviendo a la posición que Jimmy le había dicho. Cerró sus ojos, y se concentró de nuevo en sus padres.

-Tu padre. -Dijo Jimmy.

-Tu padre trabajaba mucho. El casi no llegaba a casa. -Dijo Jimmy.

-¿Eres vidente o estamos jugando a la Ouija?

-Son ellos. Oigan deben comunicarse por medio de la Ouija. -Dijo Jimmy.- Apaga las velas.

Timothy apenas se iba a levantar, cuando un viento caliente apagó las velas antes de que siquiera pudiera pararse.

-Invoco a los espíritus en esta habitación. -Dijo Jimmy.- Invoco a los padres de Timothy Jackson.

La habitación se sintió de pronto fría. Las ventanas comenzaron a formar escarcha, la luz de la Luna se magnificó permitió que la ouija, colocada frente a una ventana, mostrara lo que los padres de Timothy decían.

"Oh cielos" Pensó Timothy.

-Ya no hay vuelta atrás. -Dijo Jimmy.- Han llegado, y no se irán. -Su expresión mostraba seriedad, como si no fuera él.

-Está bien. -Dijo Timothy. Tragó saliva y se sacudió. Por alguna razón, sentía como si miles de ojos lo estuvieran observando por detrás de él.

Inhaló fuerte, y se sentó derecho, estirando sus brazos sobre la ouija.

Con sus ojos abiertos, atento para ver lo que sus padres dirían, observaba el tablero. Las palabras "Hola" y "Adiós" figuraban debajo del abecedario.

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