Capítulo 1

36 8 1
                                    

Hoy me fui sola a la escuela. Esperaba irme con Pet pero ahora resulta que le gustan las chicas. Era mejor cuando pretendía que era gay y yo su novio; hacíamos estupideces sin llegar a lo que le llamamos 'vulgar'. No importa, es el último día y trataré de hacer que avance muy rápido.
Las clases pasaron como rayo. El receso estuvo divertido, mientras comía mi sándwich, Rafa azotó en el piso frente a mi e hizo que tirará mi almuerzo al suelo. Reí como loca que casi me hago pipí. Se levantó rápido y se sentó junto a mi. Pasaron los minutos y mientras él me preguntaba donde pasaría mis vacaciones, se me ocurrió una idea.
-¿Que tal si te callas y me escuchas?
Su cara cambió de tonto... A más tonto. Este chico me caía bien aunque casi nunca pude ponerle mucha atención gracias a Peter.
-Me asustaste! ¡¿Por qué me interrumpiste así?!
-Porque quiero que vengas de vacaciones conmigo. -abrió sus ojos como platos. Hasta yo me sorprendí.
-¿Lo dices en serio? -asentí-, ¿Qué me lo garantiza?
-Salimos mañana a las 10 a.m. Si no estás listo me iré sola. ¿Esta bien? -me di media vuelta cuando me habló de nuevo.
-Quieres que te acompañe a casa...
-No! Digo... Puedo caminar sola por allí, aparte esta muy cerca. -miró a sus pies, dio la vuelta y se marchó. Tonto.
Sonó la campaña, eso me dice que ya no queda mucho para salir. Finalmente. Un año menos, un año menos de escuela y se suma otro a sin Peter.
Siento que estoy como las viejas de las novelas, esas típicas que piensan que si se les va su hombre peludo ya no son nada y les espera miseria. Pues NO, no pienso seguir así. Mañana saldré con Rafa y Pet... Él solo... No se que hará.
Las siguientes horas de clase, se fueron volando. Cuando menos lo pensé, me encontraba de salida en la puerta de la escuela. Me apresure a irme a casa, el cielo cada vez se miraba más cubierto de nubes y no me quiero mojar.
Aunque me faltaban dos calles para llegar, no me importa si cae mucha o poca agua, no moriré por eso.
De repente se soltó el agua súper fuerte. <mierda, lo que faltaba> debí haber tomado el paraguas que me daba mi madre en la mañana, me dijo que lloveria y aun así no le hice caso. Si me pagarán por cada predicción de mi madre, que se ha cumplido, mis padres seguramente no trabajaran.
No había muchas personas afuera, ni siquiera con paraguas, así que decidí correr. En tan sólo pocos minutos ya estaban las calles casi inundadas, y gracias a eso, resbale y mis nalgadas dolieron bastante. Me quise levantar, pero mis pies se volvieron a deslizar por el pavimento y volví a azotar. Sentí como una mano tomó mi brazo y me ayudó a levantarme. Su delgada y huesuda mano, hizo que me doliera un poco el brazo.
Cuando por fin logré levantarme, levante la mirada y mis sospechas fueron confirmadas, si era una chica. Era un poco más alta que yo pero se veía como de mi edad, tez amarillenta, cabello negro y ojos café oscuro. Era muy bonita.
-Gracias. -mi voz un poco temblorosa, no acostumbro a hablar mucho con chicas menos que no conozco.
-Deberías tener más cuidado, tal vez no esté a la otra para ayudarte. -me sonrió y se adelantó, ella si le hizo caso a su madre y tomó el paraguas. Maldita vida.
Comencé a caminar no tan rápido y con cuidado, llegué chorreando agua por todos lados y hecha un asco. Mi cara se había limpiado y casi no tenía manchas de mi maquillaje, que hace unos momentos, estaba corrido por mis cachetes.
Subí a la ducha y me puse mi pijama calientita. Cuando escuche que unos murmuros provenían de la habitación de mi hermano. Poco a poco me acerque, dudando en cada paso, pero lo hice. Miré por un hoyo pequeñito que le hice a la puerta hace meses y allí estaba mi hermano... Con la chica del paraguas.
Vaya coincidencia, hace un momento me topé con ella y ahora está platicando con mi tonto hermano, en su cuarto.
Baje a la cocina a tomar algo. No me decidía si empinarme el galón de leche o el jugo. Cuando el jugo estaba pasando rápidamente por mi garganta, siento una pequeña respiración en mi oído que me obliga a dar un gran salto acompañado de un grito. Volteo y veo a la chica. Ella jugo había cambiado su dirección, entro por mi nariz. Esta sentada con las piernas cruzadas frente a mi y con una sonrisa maliciosa. Me trae muy mala espina esta mujer.
Limpio con mi mano en jugo de mi cara y salgo de allí. Siento que me sigue. Logró entrar y empujó rápido la puerta pero la detiene.
-¿Cual es tu problema? -reniega mientras se soba el brazo derecho.
-Eso mismo quiero que tu me expliques. ¡¿Quien carajos eres?! Hace unos minutos apenas, me levantaste allá afuera y ahora estás dentro de mi casa.
-Nada, tengo miedo. -corrió al cuarto de herramientas, que era grande pero sofocante, y se encerró.
Me metí sigilosamente en mi cuarto y puse el seguro. Dios, ¿a quien ha metido mi hermano a la casa? Cada vez me siento más desconcertada. Pero bueno, ya basta de pensar cosas inútiles y hacer algo de provecho.
Me acosté en mi cama, mirando el poco brillo de el foco apagado y las sombras que bailaban a su alrededor, cuando de pronto, se volvieron más y más suaves hasta que ya no supe de mi.
Pasaron años cuando desperté! Al menos eso pensé, fueron como dos horas. Mi estómago lloraba por algo de comida, en serio, no puedo ni pensar algo coherente en este momento. Bajé dramáticamente por las escaleras, esperando encontrarme con mi madre o alguien, para que se apiade de mi y me alimente... Pero me encuentro con algo peor, Peter. Sentado en la sala tan.. Él.
Tan relajado como si nada le importara. Que envidia.
Ya abajo, caminé muy despacio y silenciosa a la cocina. Por estar mirando en su dirección, un pie se desvió e hizo que se está para con el marco de la puerta, no pude evitar gritar del dolor. MIERDA. PIE DE MIERDA. PARED DE MIERDA. MIERDA, MIERDA. Él chico solo me miró sorprendido. Se acercó a mi tan rápido que casi me golpeo de nuevo.
-¡¿Eres tonta?!
No contesté. Lo mire con cara de nada pero a la vez de furia.
Después de eso, solo observó mi cara con cara que pone cada vez que algo malo/estúpido me pasa. Jaló mi brazo hacia él y me abrazo. Todo mi mundo se detuvo por un momento y las niñas bailarinas comenzaron a cantar letras que dibujaban flores y soles por doquier.
Me apretó a él, lo que hizo que mi corazón diera como cinco vueltas dentro de mi. Se agachó de manera que su cara quedo justo abajo de mi oreja derecha, en mi cuello. Sentí como que quería hablar, remojo sus labios. Estoy tan emocionada, al fin comprendió que debe estar conmigo, hizo bien.
-Sabes... Otro chico en mi lugar, no dudaría en ponerte una mano completa encima. - susurro en mi oído.
-¿De qué hablas? -estaba un poco confundida.
-Ve arriba. Corre. -me soltó y se dio la media vuelta.
¿Será acaso que lo intimidé? Me di vuelta también y me apresure a llegar a las escaleras. Al hacerlo, me percaté de algo. Hace unos momentos mis piernas se sentían un poco frías, también al verme lo note asustado y por último me corrió a mi cuarto.
Al quinto escalón, mire mi rodilla... Muslo... Y solo eso. Olvide ponerme pantalón. Me miró en paños menores. ME MIRÓ CASI DESNUDA.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 10, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mírame! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora