El mes del asco empieza, o bueno la gente normal lo llama septiembre.
Y bueno, por desgracia es el día de entrar en el instituto. Voy sola. Sin nadie a quien conozca. Voy directa hacia un tablón y gente mirándolo, supongo que son las listas de las clases. Busco mi nombre por la letra C. Hay Carlos, Cristian, pero no hay ninguna Chloe. <<Esto no tiene buena pinta ¿Y ahora que hago? Si al menos estuvera Danielle...>>
Voy en busca de alguien a quien poder preguntar. Veo a un hombre que parece ser algo importante por la forma de vestir y eso, ya que lleva un traje y corbata. Decido preguntar.
- Eeeh, hola, ehhh, perdona ¿es usted el jefe de estudios? ¿o el director?
-No, yo no soy de este centro. Pero preguta en aquella sala. Seguro que ahí te pueden ayudar.
Luego ví que aquel hombre era de alguna empresa de libros que venían a enseñarlos para que los profesores los eligieran y los alumnos los tengan que comprar por precios muy altos. Si os digo la verdad me estaba muriendo de verguenza ahí dentro, en realidad siempre me pasa cuando no conozco a alguien y la verdad es que me cuesta entrar en confianza.
Obedezco al hombre que me ha ayudado y voy hacia la sala. Allí lo buscan en ordenadores y me dicen que espere sentada porque ha habido un error. Al ver que tardaban mucho se me ocurrió preguntar que si iban a tardar mucho tiempo porque no quería llegar tarde el primer día de curso y causar una mala impresión a mi profesor o a mis compañeros. El hombre me contesta diciendome que no pasa nada porque llegue tarde si estaba en la sala de jefatura solucionando un error. <<Genial. El primer día y llego tarde>>.
20 minutos después sigo sentada en esa pequeña e incómoda silla. Por fín aparece de nuevo el hombre que me ha atendido y dice:
-Ya está todo solucionado, tu clase es 1ºD. Se encuentra al final de este pasillo.
Voy hacia allá. Estoy muerta de vergüenza pero decido hacerlo lo más rápido posible y no pensarlo más, porque seguro que si lo pienso más hago alguna que otra estupidez. Cuando me doy cuenta estoy llamando a la puerta.
-Toc toc toc
Abro la puerta y decido avanzar un poco. Mi vergüenza aumenta demasiado cuando el profesor se extraña de verme y enseguida me pide que pase. Al entrar veo que no hay ninguna silla libre. <<Pues de momento genial eh. Lo que me faltaba ahora es que me llamen la acoplada o algo parecido>>
El profesor me manda al salón de actos para que coja una silla y una mesa. <<Buah, como si supiera donde esta eso>>. Paso por la sala de jefatura de nuevo y paso para volver a preguntar dónde está el salón de actos. El hombre de antes me acompaña y, para que no tenga que dar dos largos viajes, llevaba la mesa y yo llevaba la silla. <<Al final este hombre va a ser el único amigo que voy a hacer. Eso sí, si no piensa que soy una maldita pesada >>.
Vuelvo a entrar en la clase, pongo la mesa donde el profesor me indica y me siento. Resulta bastante icómodo ya que toda la clase está colocada por parejas y donde yo estoy hay tres personas. He contado con la cabeza 30 personas, 31 conmigo. El profesor se ha presentado diciendo que se llama Roberto. Después de una larga charla sobre su asignatura, que va a ser Tecnología, nos dice que vamos a jugar a un juego para presentarnos y eso.
El juego empezó, había que decir tu nombre, apellido y una cosa que te gustara hacer y por el orden de los apellidos de la gente deducí que estaban todos sentados por orden de lista menos yo.
-Hola soy Ana Ávila y me gusta montar acaballo. - dijo una voz femenina un poco chillona.
-Me llamo Pablo Arias y me gusta el fútbol. - dijo una voz masculina pero bastante aguda.
-Soy Víctor Beart y me gusta jugar a la play- dijo una voz muy grave.
-Soy Amanda Blonde y me gusta el balonmano. -dijo una voz que me resultaba bastante familiar.
<<¡¡¡AHHHHHHHH!!!>> - Ahogué un pequeño grande grito. <<Al menos no estaba sola. Estaba allí Amanda. ¿Me reconocería después de todos estos años?>>
Al fín llego mi nombre y lo dije en voz no muy alta:
-Soy Chloe Scott y me encanta leer.
Al decir mi nombre escuché algunas risas ya que siempre me pasa porque nadie se llama así en España. Siempre me pasa, aunque a mí, me encanta el nombre de Chloe.
Al acabar de decir mi nombre miré a Amanda y ella me miraba confusa, yo la sonreí, ¿se acordaría ella de mí?
ESTÁS LEYENDO
12 meses sin ti
Teen FictionChloe y Danielle son vecinas desde muy pequeñas, pero nunca habían hablado algo más que un simple 'hola'. Hasta que en sexto grado coinciden en la escuela y se convierten en amigas inseparables. Todo cambiará cuando el padre de Danielle tiene que mu...