Mi guerra (único capitulo)

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Hoy vuelvo a casa, a mi hogar.

Aunque pensándolo bien, ¿no es acaso el hogar, aquel lugar donde te sientes recibido, con tu familia?

Al llegar me siento un completo extraño. No encajo con nadie aquí.

Allá me sentía cómodo. Aquellas personas que conocí se volvieron mis amigos, mi familia. Mis hermanos.

Pero solo yo llegue hasta aquí. La gente no parece recordar a mis hermanos caídos en combate. 

Yo los recuerdo. Los vi reír, los vi gritar, los vi llorar, los vi sufrir... los vi morir.

Aun recuerdo lo que me dijo Marcus, mi mejor amigo mientras estuve allá, el primer día que lo vi: 

-Estoy aquí por mis hijos ¿sabes?. Al regresar a casa el mundo sera mas seguro para ellos, no tendrán que vivir con preocupaciones. Mi hijo no tendrá que pasar lo mismo que yo pasare aquí.

El día que lo vi morir, fue horrible. Era una simple misión de reconocimiento, solo debíamos asegurarnos de que no hubiera peligro afuera. Lo único que vi fue a un niño sosteniendo un arma el doble de grande que el. Un niño... La explosión me aturdió y caí al suelo. Al recuperarme inmediatamente quise ver a Marcus. El impacto fue a sus pies. No tenia una pierna, estaba muy mal herido. Yo sabia que no saldría de ahí. El también. 

Al tratar de ayudarlo, con su ultimo aliento me dijo:

-No es tan grave ¿o si? Creo que aun podre cargar a mis niños.

Murió al instante.

Así perdí a varios hermanos. Explosiones, impactos de bala, infecciones por heridas. Cada uno de ellos con su propia historia, su propia familia, su propia vida. Recuerdo que uno de ellos era sumamente gracioso. Cuando lo conocimos, dijo:

-¿Saben que haré cuando regrese a casa? Tomare a mi mujer, la subiré al auto, iremos al cine y a cenar como cuando eramos unos chiquillos. Y después, tendré sexo con ella toda la maldita noche.

Nos reímos demasiado. Murió al día siguiente.

Al regresar, la esposa y los hijos de Marcus estaban parados en el muelle, esperándonos. No tuve el valor de decirle a su hijo de 6 años, que ya no vería a su padre. Nunca.

También vi a una mujer llorando y gritando. Estoy seguro que era la mujer de aquel hombre tan divertido.

Las personas nos recibieron como héroes. Ellos tienen el pensamiento que nosotros teníamos antes de partir. "Pelearemos por nuestro país", nos decíamos. 

Nosotros no peleamos por nuestro país. Peleamos por las ratas, los ladrones, los buitres, que lo manejan. 

No somos héroes. Un héroe salva personas, ayuda enfermos, cuida perros.

Un héroe no golpea mujeres, un héroe no masacra animales sin justificación. Pero sobre todo, un héroe no aleja a un bebe de su madre para ejecutarlo. Nosotros lo hacíamos por que nos decían que esos niños crecerían para ser la nueva generación de terroristas en el país. Un jodido bebe.

La vida no sera la misma, pero tendré que acostumbrarme. Viviré en un país en el que me dan dinero, una casa y una medalla por cometer atrocidades que ni el peor monstruo en tu película de terror favorita, seria capaz de cometer.

Por cierto creo que no mencione mi edad...

Tengo 26 años.



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