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Dos mundos totalmente diferentes pero perfectamente iguales  


Otra vez posado en sus piernas, besándolo intentando desgastar sus labios entre mordiscos y lambidas fugaces, sus manos se pasean por todo mi cuerpo, al igual que sus miradas lascivas y penetrantes, comportándome como una gata en celo moviéndome de arriba hacia abajo, intentando rozar más nuestras entrepiernas para darnos aun más placer.

-Espera...- me hizo a un lado y se acercó a su pequeño buró, buscó entre sus cosas, sonrió al ver algo en especial.

No otra vez...

-¿Enserio?- lo miré molesto- estoy tan caliente ¿pretendes hacerme esperar?

-Solo unos segundos- abrió la pequeña bolsa, vació con cuidado el contenido en el mismo mueble del que lo había sacado, tomó su cartera y sacó su credencial, hizo una fina línea blanca.

Me recargué en la cabecera de la cama y esperé a que cometiera -como siempre- una estupidez. Desvié mi mirada, odiaba ver esa escena.

Aunque quiera, no puedo hacerlo elegir, por que al final terminaría perdiendo.

Jonghyun apretó con su dedo índice uno de sus orificios nasales y acercó su rostro al polvo blanquizco, succionó con fuerza y levantó el rostro con una sonrisa de placer, entre-abrió los ojos y me miró como el solo sabía hacerlo, fue acercándose aun succionando aire repetidas veces, moviendo su nariz con sus dedos.

-¿En que estábamos?- el de cabello castaño me sonrió insinuantemente mientras gateaba hacia mí.

-¿Terminaste?- asintió.

-No me vengas con que te negarás- era obvio no lo haría, aunque quisiera mi instinto y mi necesidad eran más fuertes que mi fuerza de voluntad.

Comencé a besarlo, aumentando mi desesperación cada vez más, hundiendo mis dedos en su cabello para unirlo más a mí, tocando hasta donde yo solamente conocía.

-¿No estabas molesto?- sonrió burlonamente.

-Cállate- tomé unas tijeras de otro de los muebles y corté su camiseta, rozando las filosas orillas por su torso tal y como le gustaba a él- limítate a hacer lo tuyo.

-Así me gusta- me levantó para posarme sobre sus piernas, como al principio, sentí un pinchase de excitación en cuanto nuestras partes intimas rozaron, continué posando el frio metal sobre su cuello, eso le pone tato.

-Eres tan sexi- miré sus abdominales con hambre.

-Lo se- rió presumido, se detuvo un poco, miró hacia el techo y sonrió por enésima vez- está haciendo efecto.

Vi sus pupilas dilatadas no pude evitar sonreír pues esa mierda que se metía lo hacía alucinar y volverse loco, tengo que admitir que el sexo es asombroso con esa porquería de por medio pues tenía la fuerza y energía de un león.

Se lanzó contra mí besándome con euforia y pasión arrancó mi camiseta partiéndola en dos, besándome y mordiéndome sin compasión.

-¡Jonghyun eres un Imbécil!- lo abofeteé con fuerza- ¿Tienes la puta idea de cuanto me costó esa camisa?

-Me encanta que me golpees- besó nuevamente mis labios, lo recibí al instante- vamos hazlo otra vez.

-Maldito masoquista- mordí su labio con fuerza este se quejo y me abrazó con más fuerza por la cintura, curvando nuestros cuerpos hacia una misma dirección, al punto de casi tocar la cama con mi espalda.

Adictos JONGKEYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora