-El viento parecía haber desaparecido en aquella noche, la quietud de los árboles me permitía oír alguna hoja que rebotaba en las ramas hasta caer a unos metros de mí, me estremezco al recordar todos los sonidos del bosque que se extendía mas allá de mi imaginación; estaba perdido y desconfiaba tanto de cualquier sitio, que prefería andar a tientas hasta que llegara el nuevo día.
-¿Por qué no hizo un refugio antes del anochecer?
-No estoy muy seguro de la razón, a pesar de ello, los recuerdos que persisten son absolutamente tangibles.
-Pero no recordar vivencias puede indicar un daño cerebral crónico, por lo tanto es razón suficiente para desconfiar de su testimonio.
-Todos sufrimos de ese daño cerebral, ustedes aún más; hablamos de una cuestión genética, se encuentra en el ADN terrestre.
-Bien, pero nos desviamos del punto; entonces, ¿Qué fue lo que encontró en ese bosque?.
-Un cráneo humano.
-¿Sólo?.
-Un cerebro momificado, ¿Te parece poco?.
-¿Un cerebro momificado? ¿Es posibles eso?.
-¿Quieres que te cuente los detalles?.
-Por supuesto, para eso estoy aquí.
-Luego de caminar cerca de tres horas, llegué a una cañada que se iluminaba escasamente por la luna creciente. Me acerqué a las paredes de roca, y pude inferir que era de períodos cercanos al mesozoico, pero era fácil equivocarse, así que dejé una marca distintiva para localizarla durante el día. Encontrándome en un sitio con luz suficiente, sentí protección y decidí quedarme a dormir, el cansancio me hizo olvidar los peligros y pude cerrar mis ojos hasta el amanecer; apenas hubo luz adecuada, me acerqué a la cañada y busqué mi marca, sin embargo estaba fragmentada, y observé que "algo" había estado incrustado en la roca, justo en el sitio donde pinté, pero parecía haberse desprendido, busqué por los lugares cercanos, pero no vi nada; en ese momento recordé una bolsa que llevaba conmigo, regresé al sitio donde dormí
y encontré el cráneo, fosilizado.
-¿Un cráneo fosilizado? ¿Qué edad le calculó?
-Sé que no me crees del todo, pero al estar incrustado en esa zona del sedimento, la edad del organismo era la misma que la de la roca. Pero lo más interesante en ese momento fue que era un cráneo humano.
-Pero estamos de acuerdo que no había humanos como tal hace mas de diez millones de años, ¿No?.
-Hasta ese momento si, por lo que seguí buscando más indicios de algún error, confusión o consolidamiento del hallazgo, horas mas tarde localicé una estructura del tamaño de una pelota de tennis, y lo peor, un trozo de "algo", que tenía una gran cantidad de símbolos, que en ese momento no entendía.
-¿Y cómo era ese algo?
-Después supe que era madera, de una especie de pino que ahora no existe, que ¡Se extinguió hace unos 40 millones de años!, y la estructura como pelota, era un órgano, un cerebro.
-¿Y todo ello de manofactura humana?
-Así es, pero lo más interesante, fue que los símbolos, indicaban un parecido con la escritura sumeria, y basado en algunas comparaciones gráficas, logré determinar ideas importantes plasmadas en él, básicamente la existencia de "algo" muy temido, y otra especie pensante que dominaba a seres como ese individuo.
-Dos especies pensantes y una entidad tenebrosa, ¿Cómo un demonio?.
-Eso había supuesto, pero no me alcanzó la vida para confirmarlo, tuve que escapar de ese cuerpo para no morir con él, ahora, mi cerebro creció, y veo que nadie recuerda lo que vió hace 60 millones de años, nadie recuerda que todos morimos, y estamos en un sitio desconocido, aprendiendo a vivir en él, antes de que nos vuelvan a encontrar, antes de volver a morir.
Entrevista a un hombre localizado a 20 Kilómetros de profundidad en el sistema Cheve, Oaxaca.