Después del horizonte

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Soy Camila y esta es mi historia.

Es por esto quién soy, por quien pude convertirme; encontrarme.

- ¿Libros de autoayuda?- Escuché una voz a mi lado que no había notado antes.

- ¿Yo? n... no.- Empecé a tartamudear.

- Tranquila. Todos a veces la necesitamos. Te recomiendo este.- Dijo tendiéndome un libro.

Ese fue uno de los primeros que descarté, ya que no me había gustado ni el título, por lo que mucho menos la portada.

- Eh... gracias...- Levanté mi vista y la vi.

- Lauren.

- Bueno, gracias, Lauren.

- No hay por qué. Disfrútalo, tanto como yo lo hice.- Susurró la última parte. Creo que no debía oír eso.

Tenía razón. Aveces necesitamos ayuda, pero somos tan soberbios como para no pedirla. Somos los magníficos del bien, no podemos estar mal, no, claro que no. Hoy en día no se puede mostrar vulnerabilidad o te destrozan, te hieren, te matan.

Me tiré en mi cama, había traído el libro para no ser descortés.

¿Debía leerlo?

"Si dijo que la ayudó a ella, ¿por qué no a mí?" pensé.

Lo abrí.

Capítulo uno.

"El primer paso es la negación, por lo que ¡felicidades! Si estás leyendo esto es porque ya no lo estás.

Pasa al siguiente capítulo."

- Qué raro.- Dije estando sola.

Todos tienen problemas, se quiera o no. Nos rodean como tiburón a peces en el océano. El punto está en que se puede salvar. El pez debe montar al tiburón. Debemos enfrentar el problema.

Capítulo dos.

" Estás en el paso de la aceptación: ¡eso es muy bueno!
Te haré hacer un ejercicio: vuelve al lugar donde me encontraste y pregúntate a ti mismo si me hubieras cogido y por qué."

Me gustaría poder decir que mi vida es color rosa, pero no. Tampoco quiero decirlo, piensen lo aburrido que eso sería. Los problemas le agregan esa chispeza de vida a nuestro ambiente, nuestro mundo, sociedad, donde nos relacionamos.

Caminaba por los pasillos buscado el indicado.

- ¿De dónde lo habrá sacado?- Dije para mí misma.

Me lo habían recomendado, por lo que no sé exactamente dónde debo posicionarme.

Alguien toca mi hombro.

- ¿Capítulo dos?- Me volteé y de nuevo era ella.

- Exacto.

- Felicidades, tardaste menos de lo que pensaba.

- ¿Disculpa?

- Lo saqué de allí.- Dijo apuntando unos estantes más allá.

- Gracias.- Agradecí la ayuda.

- Estoy para servirte.- Dijo y se fue.

Después del horizonte - One shot camrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora