En la esquina, sentada sobre el mueble de la cocina está la depresión. Al lado de la depresión está la anorexia en los huesos. Sentada en la mesa con pastillas en la mano y llorando está la ansiedad. En el refrigerador está la bulimia, algo así como atragantándose con comida antes de vomitarla, y la auto-lesión, cortes susurrándole, incitándola a cortarse, y la adolescente cayendo en todas ellas, mira su cara, es como una mezcla de todos los trastornos.