Te escribo aquí donde empezó todo, en el parque dónde me enamoré de ti.
Seguro que no te acordarás, para ti fue un día cualquiera, pero yo nunca lo olvidaré.
En aquella tarde que, por cierto, fue la mejor que he vivido, te conocí a ti; la persona más importante de mi vida.
No creo que te llege esta carta, no tengo el valor suficiente como para enviarla.
Creo que tengo miedo a que me rechaces, aunque te esté perdiendo por no decirte lo que siento.
Que irónico, ¿no? Sentir que estás perdiendo a una persona que realmente nunca has tenido.
Supongo que es el precio que debo de pagar por mi cobardía, por mi miedo a que me digas que no, porque se que realmente no lo soportaría.
Y aquí te escribo en un castillo hinchable, recordando los buenos momentos que he vivido y sintiendo sin embargo un gran vacío.
Un gran vacío que solo tú podrías llenar y ya de paso arreglar mi corazón roto.
Porque aunque seas tú quién me ha roto en pedazos, sabes bien que eres el único que puede volver a hacerme sonreír.
Ahora me acuerdo de todo, de todas esas noches en vela pensando en ti.
De tu sonrisa que tanto me gusta y que no me cansaría de ver nunca.
De todas las maravillosas sensaciones que experimentaba cuando pronunciabas mi nombre.
Ahora me acuerdo de lo feliz que era todo al principio, de lo mal que estaba sin ti.
Y ahora puedo afirmar con certeza:Que estoy enamorada de ti.

ESTÁS LEYENDO
Cartas sin destino
Short StoryHay quien escribe cartas para contar algo a alguien pero las hay que no llegan a su destinatario.