"Hazme el amor" le pedí, "Hazme el amor" volví a repetir. "No sé como hacer el amor" respondió. "Yo tampoco" y lo besé como hace horas tenía ganas de hacer. Sentí como sus manos rodearon mi cintura y yo envolví su cuello con mis brazos. "¿Qué estamos haciendo?" Preguntó, "el amor" fue todo lo que pudé responder. Esta vez decidí llevarlo a la cama. Estaba lista, le haría el amor esta noche. Y no me importaba estar llevando el mando, no me importaba hacer lo que se supone que no es lo normal "Los hombres tienen que dar el primer paso" bueno, en mi mundo no siempre es así. Lo empujé suavemente para que se sentara en la cama y yo sentarme en sus piernas con nuestras caras frente a frente, me le quedé mirando fijamente para dejarle saber que estaba segura de lo que estaba haciendo. "Solo dejate llevar" salió de mis labios. Lo besé nuevamente, esta vez con más ansias, el beso aún era lento y suave pero nuestras respiraciones estaban cambiando y nuestros latidos aumentando. Cogí el primer botón de su camisa entre mis dedos y empecé a desaprocharlos lentamente uno por uno. No había prisa. Presioné mis labios sobre su piel ahora desnuda, regando besos por todo su cuello, besos suaves que bajaban desde sus labios, barbilla y cuello para volver a subir nuevamente. No esperé a que él lo hiciera y tome mi camisa y la saqué por mi cuello de un tirón. Quería que supiera que de verdad quería hacer esto. No quería que me hiciera suya, yo quería hacerlo mío. Tomé sus manos y las pusé en mi espalda, justo donde mi sostén se unía, incitandolo a que lo quitara y así hizo. Me desabrochó el sostén y sentí como este se deslizaba por mis hombros. Ahora los dos estabamos desnudos de la cintura para arriba, ya había una muralla menos. Me quedé mirandolo y ví como su mirada recorria mis pechos con deseo, ¿por qué no los tocaba?. Tomé sus manos e hice que cubriera mis pechos con ellas mientras aún lo miraba fijamente. Empezó a acariciarlos suavemente, como si estos se pudieran romper, apenas se sentian sus caricias pero se sentía tan jodidamente bien. De pronto unió nuestros labios en un beso, un beso que me dejó saber que él quería esto tanto como yo. "Me estás volviendo loco" dijo entre besos. Sonreí, eso quería...Volverlo loco por mí. Lo empujé nuevamente para que su espalda quedara totalmente pegada a la cama y empecé a desabrochar sus pantalones, me gustaba esto de llevar el mando. Después de unos minutos luchando para que su pantalon saliera, lo logré y no pensé dos veces para también quitarme el mio y volver a sentarme encima de él. Joder, su erección quedaba justamente donde mi sexo latía. Lo besé nuevamente y empece a mover mis caderas y a restregar mi sexo contra el suyo. Sus manos empezaron a subir por mis muslos hasta llegar a mis caderas para ayudarme con aquel movimiento de caderas que teniamos. Sentí como clavó sus dedos en mis caderas y un gemido salió de mis labios, mierda. "Ya no aguanto más" dijo y de un momento a otro me encontraba debajo de él , besandome y apretando su sexo contra el mío. Eramos todo besos, deseo, caricias y respiraciones entre cortadas. "Quiero hacerte mía" dijo mordiendo mi labio inferior. Al escuchar esto le dí un pequeño empujoncito para separlo de mi y volví a cambiar posiciones, era yo quien quería demostrarle lo mucho que significa para mi. "¿Qué haces?" preguntó. Estaba confundido pero no importaba, no tenía que responderle eso, se lo demostraría. Le quité su ropa interior y todo lo que nos impedia estar totalmente desnudos. Empecé a besarlo nuevamente desde sus labios hasta su pecho y seguí bajando, dejando besos y pequeñas mordidas sobre su piel. Llegue a donde quería llegar y tomé su miembro entre mis manos para comenzar a acariciarlo de arriba abajo. Escuchaba como su respiración se volvia más fuerte y trataba de contener sus gemidos. Quería escucharlo gemir. Agaché mi cabeza y pasé mi lengua lentamente por todo su pene, lo metí en mi boca y chupé fuerte. "Joder" salió de sus labios y sonreí para mis adentros. Lo metía y sacaba una y otra vez de mi boca mientras chupaba fuerte y empecé a escuchar gemidos. Me sentía cada vez más empapada, sentía como mis jugos vaginales bajaban por mi muslo. Lo saqué de mi boca y me posicioné otra vez encima de él. Tomé su miembro y lo introduje lentamente dentro de mi. De los labios de ambos salió un fuerte gemido, lo que hizo que mi sexo se apretara alrededor de su pene con fuerza. Él se sentó y me arrastró con él hasta el cabecero de la cama, nuestras caras quedaban frente a frente. Comencé a moverme de arriba hacia abajo y sentía como su miembro entraba y salía de mi interior lentamente. Cogí su cara entre mis manos y lo besé con todo el amor que sentía dentro de mi. Besé sus ojos, su nariz, sus labios, su frente. Él no lo decía pero su mirada me debaja saber lo mucho que me quería y la verdad es que no me importaba si estaba equivocada porque yo quería por los dos. Seguia subiendo y bajando lentamente porque no había prisa, para amar a otra persona nunca debe haber prisa. Él pasaba la yema de sus dedos por mi espalda desnuda y yo mordía su hombro dejandole saber el placer que sentía en ese momento. El momento estaba por terminar. Sentí como sus musculos se tenzaron y me apretaba las caderas con fuerza. Solo en ese momento aumenté el ritmo y me deje llevar por el placer. Rodeé su cuello con mis brazos y nos abrazamos con fuerza hasta terminar juntos ese momento tan hermoso.
"Te quiero" lo escuché decir. Él sabía que yo no necesitaba responder a eso, ya él sabía que yo lo amaba con locura.
