Sé que tengo sólo unos minutos antes de que alguien lo advierta, y llame a la policía, por lo que tengo que preparar la escena con presteza.
Me separo para alejarme de las llamas y que no prendan nada a mi alrededor. Preparo el mensaje, empiezo a escribir un sin fín de palabras y me detengo al comprobar que es sofocante calor abrasa mi costado y me obliga a salir.
Me gustaría que la policía lo encuentre todo ordenado cuando llegue pero dudo que, el azotador fuego se detenga por la presencia de la ley.
El desorden es para gente que no está preparada para hacer llegar a la Tierra el caos. El caos no es desorden, es preparación, esmero, gusto y dedicación. Pero ahora ya poco importaba, los escobros de mi casa manchaban el cielo y mostraban una alteración del descanso, un fuego tan vivaz que consume todo.