Lux in tenebris

Capitulo 1. Almas Gemelas en la Soledad.

Miro mi reloj, 11:15.

Han pasado 15 minutos desde el toque de queda.

Y estoy a más de un kilómetro de mi casa.

Las patrullas hacen sonar sus sirenas a unas calles, y corro hasta que mis pulmones arden.

Me detengo.

A mi alrededor hay arbustos descuidados, que en algún momento debieron haber sido majestuosas obras de arte.Imponentes elefantes erguidos en dos patas, prolijas esferas; ahora nos son más que ramas con hojas esparcidas sin un orden fijo.

Oigo un sonido, mi corazón se detiene y dejo de respirar.

Espero.

1.

2.

3.

Las luces de las patrullas ondean a una calle de distancia.

Me apresuro a la orilla de una casa y camino rodeándola lentamente.

La patrulla avanza por la calle dejando atrás un mar de casas olvidadas.

Este era un buen vecindario, del tipo en que puedes salir a mitad de la noche y no se moverá un pelo de tu cabeza, pero ahora éste tipo de casas ya no es "el adecuado" .

Bajo el mando de La organización los colores de todo son manejados para poder controlarnos.

Continúo mi camino por la parte trasera de la casa buscando un lugar en donde refugiarme hasta que la segunda ronda de vigilantes pase cuando encuentro una hendidura ¡una ventana!

Tomo un impulso para arrojarme contra ella y romperla cuando siento un silbido y una oscura figura emerge de la ventana ahora abierta.

Abro la boca para gritar y unas manos, precipitándose a mis acciones, la cubren.

Me interno en la oscuridad de la casa y mis respiraciones comienzan a ser más superficiales.

Mis rodillas tambalean y están a punto de ceder bajo el peso de mi cuerpo, mis ojos aún no se acostumbran a la oscuridad pero veo una figura acercarse a mí.

Mis rodillas terminan por ceder y la figura acorta la distancia que nos separa. Un fuerte abdomen se posa sobre mi espalda, ( o quizá es al revés) y todo se vuelve más oscuro.

Un fuerte olor a sándalo me envuelve.

Puede ser que no todo sea tan oscuro.

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Despierto y el olor a sándalo continua en el ambiente.

Me levanto lentamente del sillón en el que estoy y miro hacía la ventana.

Aún es de noche.

Me percato del entorno: detrás mío hay una pared y en ella está el sillón de dos cuerpos en el que me encuentro, a mi izquierda una ventana, bajo ella un antiguo televisor.

Frente a mí y dándole la espalda al ventanal por el que m̶e̶ e̶m̶p̶u̶j̶a̶r̶o̶n̶ entré hay un sofá para una persona.

Y en el, está él.

No logro distinguir muchos detalles pero en la penumbra veo su pelo estratégicamente desordenado, la silueta de su rostro, la arruga en su entrecejo y su colmillo apresando su labio inferior.

Está mirando hacia afuera como si en los arbustos estuviera escrito el significado de la vida.

Gira como si sintiera mi mirada, sus ojos se encuentran con los míos y se para, abre la boca y se vuelve a sentar.

Impaciente, no espero a que se decida si habla o no y doy el primer paso.

-¿Quién eres tú?- me mira como si no lo llegara a comprender.

-¿Quién eres tú?-repite- porque si mal no recuerdo no fui el que ingresó a tu propiedad e intentó romper tu ventana.

-No es tu casa -suelto sin pensarlo-es propiedad de La organización.

Mi mira y sonríe.

-touché- Deja de mirarme y vuelve a mirar por la ventana.

-¿Vas a decirme que hacías fuera del límite urbano?

-Podría preguntarte lo mismo-Señala alzando una ceja.

-Salí a correr- miento.

Espero a que me ataque señalando que lo que dije era mentira, pero al parecer mi respuesta los satisface.

Estoy intranquila, desde hace un tiempo que no hablaba con algún forastero. Error, la corrección sería: no he hablado con NADIE exterior a la Zona urbana desde...desde siempre, o por lo menos desde que ésta comenzó a existir.

Eso nos lleva a otra cosa importante, si este tipo con olor a sándalo no vive en ésta zona ¿Dónde vive? O mejor aún ¿Quién o Qué es?