Capitulo #2 : "El hombre de Hojalata"

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Un nuevo día estaba por llegar, el sol salia de su escondite para dejar ver sus bellos rayos que coloreaban la ciudad de un suave rojizo  que iba volviéndose cada vez mas claro que antes, todo a su alrededor se encontraba tranquilo, la brisa hacia que las hojas de los arboles de un parque infantil se llenara de estas al igual que de belleza. 

En uno de los juegos que estaban ahí, el pelimorado estaba plenamente dormido o mas bien con sus sistemas apagados por el momento mientras recargaba sus energías. Dentro de una tortuga con agujeros algo pequeños este se las había ingeniado para entrar y poder estar a salvo, quien se le ocurriría entrar en un lugar como ese, era lo que pensaba Aoi y se aprovecharía de ese inocente lugar que le traería recuerdos lindos de su pasado, mentalmente podía escuchar risitas en sus pensamientos al igual que un niño gritando su nombre una y otra vez, era tan lindo aquella sensación pero al igual no quería recordar puesto que le causaba cierta angustia.

Estaba tan metido en sus recuerdo que no se percataba de lo que pasaba fuera de ellos hasta que pasos fuertes se acercaban al juego donde estaba haciendo que se exaltara y abriese sus parpados cubriendo su boca con una de sus manos para evitar que un ruido saliese de este, se acerco lentamente a uno de los agujeros para asomarse un poco viendo lo que pasaba afuera, una niña estaba buscando donde esconderse y se veía asustada, era pequeña y lo que mas le preocupaba es como venia. 

-Donde?...Donde?-

La menor decía buscando donde esconderse mientras que se escuchaban otros pasos al igual que unos gritos que se acercaban a el lugar. El temor no le dejaba moverse por lo que se oculto y cerro sus ojos ocultándose entre sus hombros para no escuchar, estaba tan atemorizado era un cobarde que no podía ayudar a una pequeña niña, pero que podía hacer el si era un androide dañado no podía hacer nada. Así fue como prefirió quedarse ahí y por mas que intentaba no escuchar lo que pasaba fuera los gritos desesperados de la niña le hicieron entreabrir sus parpados.

-Suélteme!...AYUDAAA!...- La menor gritaba forcejeando para salvarse antes de ser tapada de la boca.

-Cállate niña! demonios! por que la dejaste ir? que no vez que nos pagaran bien por ella? eres un imbecil! - Decía uno de los dos hombres que estaban con la niña.

Aunque no quería se empezó a asomar viendo a la niña, tragando duro se volvía a esconder su cuerpo temblaba pero sin darse cuenta su voz salio aun siendo temblorosa. 

-Suéltenla!...- El pelimorado dijo mientras salia de su escondite que con una mirada un tanto temerosa se podía ver en su rostro valor, sosteniendo su brazo que colgaba mientras caminaba cojeando hacia ellos quienes solo le veía con una sonrisa burlona el que no tenia a la menor se fue con el empezando a darle golpes.

-Esto es gracioso! - Dijo el que empezaba a golpear a el pelimorado que intentaba luchar con el para salvar a la menor, la menor soltaba lagrimas pero aprovecho la distracción ajena para morder la mano que estaba en su boca tapando su voz haciendo que le liberaran y yendo detrás del hombre que golpeaba Aoi. -No lo golpeas gorila tonto!...- Decía la menor pateando la pierna pero no duro mucho pues fue tomada del cabello y elevada por este. -Niña insignificante...recuerda me que llegando le cortaremos un dedo para ver si así aprende a ser educada y obediente...- Dice este mientras ríe con malicia.

Aoi mientras tanto se encontraba en el suelo golpeado viendo desde el suelo al hombre con cierto coraje en su mirada, lo que escucho le hizo enojar y ver a la pequeña niña siendo golpeado así solo le hizo enojarse mas y así tomar todas su fuerzas y darle una fuerte patada al estomago al hombre para atrapar a la menor con su brazo sano. - Estas bien...-Dijo con una suave sonrisa para así bajar a la menor y colocarla detrás de el. -Me haz hecho enojar!...-Dijo para así empezar a darle la paliza de su vida al hombre lanzan dolo fuera del parque hasta que vio como el otro sacaba un arma lo que hizo reaccionar rápido a la menor y retroceder tomándola en brazos.

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