«La procrastinación es la acción que nunca se deja para después. Sin embargo, ¿no debería ser, más que un mal hábito, un indicio de que algo estamos haciendo mal? O de que no somos felices, mejor dicho. Simplemente mírate, sentado en algún lugar en el que, si lo piensas bien, no estás del todo cómodo; tienes una lista de cosas por hacer en el día —en tu mente—, pero te has dicho: "Puedo hacerlo más tarde".
Antes diste un repaso, pensando en cuál era la tarea menos importante de esa lista para descartarla, pero alguna parte de tu mente exclamó que ninguna valía la pena en ese instante. En esos momentos sientes que puedes lograrlo todo, no ahora: después. Confías demasiado en ti, en exceso. Pero ¿cuál es la verdadera razón por la que dejamos esas tareas de lado? ¿No se supone que todo lo que hacemos es por nuestro bien? Y va más allá de una simple tarea, como sacar a pasear al perro, lavar los platos o tender la cama.
Tú, que alardeas día y noche de lo perfecta que es tu vida, y todo lo que haces te vuelve la persona feliz que eres: si no te gusta algo, simplemente lo evitas. Así sucede con todo, hacemos a un lado lo que no nos gusta, no nos hace felices, no nos entretiene. En cambio, una distracción —considerada así porque nos impide realizar eso que debemos hacer—, puede darte alegría. Desde ver una simple película que hacía años no mirabas y hallaste por casualidad mientras cambiabas el canal del televisor; hasta quedarte tendido en la cama, mirando al techo, pensando en lo que has hecho desde algún punto de tu vida hasta entonces, sonriendo ante los buenos recuerdos.
Puede que aquella sea una concepción inadecuada, pero lo que es verdad es que, cuando somos realmente felices no dejamos nada para después. Cuando eres feliz haces todo lo posible por alcanzar ese objetivo que previamente planteaste. ¿Cuál es el sentido de llegar a él por medios monótonos?, ¿te relaja la idea de sentirte completo hasta alcanzar la meta?, ¿quieres decir que hay que sentirnos oprimidos todo el camino? Hay estereotipos por todos lados, pero el de recorrer una ruta difícil para lograr un sueño es de los más deprimentes. No siempre es así, no debe ser así. ¿Por qué no simplemente nos detenemos a pensar en el origen de nuestra procrastinación y cambiamos lo que no nos gusta o probamos otro camino? Siempre hay uno.
¿De verdad tenemos "mejores cosas por hacer"? La importancia es relativa, lo que para algunos es un pasatiempo, para otros es su fuente de dinero, su estilo de vida. Una simple acción puede aplicarse a cosas pequeñas y enormes.
Un cantante puede tener una historia tan increíble como cualquier persona en el mundo. Él pudo haberse preparado para ser un gran hombre de negocios, pero lo que hacía, lejos de hacerlo feliz, lo deprimía. Sin embargo, en sus ratos libres, disfrutaba más cantando y componiendo canciones que haciendo cuentas sin fin frente a un escritorio. Y así pudo haber pasado con otro cantante, que lejos de ser feliz con la música, en realidad quería dedicarse a hacer crecer una empresa. Al final ambos siguieron sus instintos y persiguieron sus sueños, y ahora son felices; ya no hubo necesidad de procrastinar, procrastinar de verdad, porque no es lo mismo posponer una salida al cine que una junta de negocios o una gira mundial; posponer algo que de verdad no quieren hacer.
Solo haz lo que te gusta. Acércate a lo que te alegra y te da vida. Llénate de eso. Cuando lo haces, comprendes si tu objetivo era el correcto en el momento que llegas a él por tus medios. Si lo que haces te conduce a otra parte, no te sorprendas, es así como encuentras el verdadero destino. Tu destino.»
Las palabras fluían con solo sentir las teclas bajo las yemas de sus dedos, como si de un río en cauce se tratara.
Miraba una y otra vez aquellos párrafos. Para ella eran ideas claras, bien planteadas y explicadas, pero cada cabeza era un mundo, y cada mundo era diferente. Tal vez por su mente rondara un satélite, y cinco en otra persona. Probablemente habría, sin embargo, otra que pensara igual que ella, que pudiera comprender esas palabras. Pensó en sus mejores amigos. Y sonrió.
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En un parpadeo
Short StoryUn sueño puede volverse realidad cuando tú lo vuelves real. No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy, y vive el momento como si fuera el último. Como si fuera el último parpadeo.