Las apariencias engañan

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   Corrí. Alcé el rumbo, rápidamente, esquivando y saltando los miles y casi millones de cadáveres que acá estaban... A mi lado.
Sin saber razones, ni tener respuestas lo mejor sería huir.

   Recordé perfectamente la casa de Aubral, era grande, de un color muy llamativo. Entre temblando y llorando a gritos mientras Daicun me acogió en sus brazos:

- Ferteid...¿¡Qué ha sucedido!? ¿¡Dónde estabas!? Me desperté temprano y no te ví... ¡Dime que ha sucedido!

   No podía hablar, tampoco sabía que decir exactamente. Sólo le abrace fuerte y continúe eufórico.
Por su parte, él me acaricio e intento tranquilizarme:

-Tranquilo Ferteid... Estoy aquí, no te va a suceder nada.

-Te...Tengo...Ten...Tengo mi... Tengo miedo... Me tengo miedo... No se que ha sucedido... Por favor no te alejes de mi...

   Cerre los ojos y sentí como sus manos rozaban mi cabello, no me gustaba que me hicieran eso... Pero cuando él lo hizo me sentí muy bien. Estaba cansado. Me apollé en su cuerpo y dormí.
Cuando desperté no pude creer lo que vieron mis ojos...

   Había un cuerpo en el suelo, con mordeduras, sangrando e inconsciente. Solo estaba yo en esa sala con él... El otro chico no estaba en casa, siempre llegaba más tarde...

  Me lleve las manos a la cabeza y me quede en shok. Tan solo había una explicación, y un culpable... YO... ¡PERO...Yo no le he hecho nada! ¡No recuerdo haberle dañado...! ... Me arrodille, me acerque buscándole el pulso, supuse que esta extraña raza tendría un organismo parecido al nuestro. Sus latidos eran leves, respiraba con dificultad. Busqué vendas en aquella gran casa para cerrar sus heridas. Pero seguía sin mejorar.
Mire su cara, pálida y sangrienta. No puedo comprender que ha sido esto, pero debo actuar deprisa si quiero salvar su vida.

   Intente que su corazón latiera mediante ligeras contracciones que le realizaba en el pecho, me acerque a su boca para darle aire... Me dio un escalofrío... Me alejé... Me sonroje... Quizás su corazón no latiera, pero el mío se me salía del pecho... Tengo que dejarme de estupideces o él morirá. No comprendo por qué me pongo nervioso.
Intente hacerlo de nuevo, sentí algo raro y fuerte en el pecho mediante me iba acercando a sus labios.
No podía, pero lo hice, solo era un poco de aire...

   En esa fracción de segundo, noté algo en mi boca además del aire... Gire mi mirada a Daicun y se había despertado. Levantó sus débiles y heridos brazos y los puso en mi espalda mientras continuaba... Besándome... Estaba totalmente rojo, no se pero... No lo detuve... 
Me soltó, sonrió, y junto al grito del silencio nos mirándonos fijamente.
No sé que pensar ahora... Quizás él lo hizo sin pensar... Igual que yo hiriéndole.  

   -Lo...Lo siento -dije con nerviosismo- Ah... Que... ¿Qué te ha sucedido?... ¿Yo te he hecho algo?...

-Ferteid...¿De verdad eres tú? Sabía que eso no eras tú. No se exactamente, era tu cuerpo pero... No tu alma. Solo un monstruo, apoderándose de ti. Soy feliz de que seas la linda princesita que conozco, jejejejeje...

-Hmmm... ¡Lo que haya pasado no te da derecho a llamarme como una chi...!

   No me dejo terminar la frase, acerco sus labios de nuevo a los míos. Lo hizo de nuevo. Me encantó aquello... Cerré los ojos, me hizo olvidar todo lo malo que había sucedido en estos últimos meses, fue mi lindo analgésico...
Me acaricio el rostro con sus manos llenas de vendas y sangre.

-¿Recuerdas que te dije antes? ...'Tranquilo Ferteid, estoy aquí, no te sucederá nada'...

-Explícamelo... ¿Qué ha pasado?...¿Por qué te hice esto?...

Dajlen mexuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora