El final del verano... El principio de curso.... Buff...... Este verano, no ha sido de los peores. Mi hermano nos vino a visitar tres días. Lo echaba mucho de menos. También fui unos días a visitar a mi padre a Nueva York. Es una ciudad maravillosa; llena de edificios altos, de tiendas, de gente.... A bueno, no os he explicado porque mi padre se fue a Nueva York. Él es empresario. Siempre está viajando, y bueno mi madre y él no estaban de acuerdo en muchas cosas, ya me entendéis. Entonces, mi padre buscó otro trabajo porqué no le gustaba viajar tanto y lo consiguió en Nueva York. Y se fue, dejándonos a mi madre y a mi solas.
Volviendo a donde estaba. Llegó el final del verano y empezaron las clases.
-Hola, Azhley.-Me dijo Kylie, la niña más rara de mi clase. Ella me considera su amiga, pero es que la pobre es tan plasta.
-Hey.-Dije.
Era el último curso de instituto. Y empezarían los dos cursos más difíciles de todos.
-Hola, Ash.-Me saludó Britt.
Britt. Britt es, una de las personas más populares de mi instituto. Es alta, guapa, tiene una sonrisa muy bonita y es simpática. Antes éramos mejores amigas. Hasta que estuve tan enferma y dejamos de serlo.
-Hola Britt-dije yo dibujando una falsa sonrisa en mi cara.
La mayoría de chicos de mi instituto son idiotas. Se dedican a meterse con todo el mundo, excepto con las chicas populares, claro. Simplemente, se creen mejores que los demás. Yo pienso que ya somos mayores para esas tonterías.
Todo el mundo estaba hablando, saludándose, dándose besos, abrazos... Menos yo.
-Hola-me dijo un chico que jamás había visto.
-Hola...-dije yo enamorándome de sus ojos verdes.
-Me llamo Christian, pero llámame Chris.
-¿Que te hace pensar que voy ha hablar contigo?-le pregunté con una sonrisa malévola.
-Pues que estas sola y no creo que nadie más vaya ha hablar contigo.
-De acuerdo...Me llamo Ashley, llámame Ash.
-Un placer-dijo lanzándome una sonrisa perfecta.
Mi primera impresión de ese tal Chris, fue de un chico guapo como los demás. Pero el no era de esos. Él era...majo. Tenía unos ojos preciosos que podían enamorar a cualquiera. Su pelo era castaño claro. Su cara era perfecta. Era alto. Era el chico que cualquier chica desearía tener.
Ya estábamos todos en clase menos él. Y de pronto apareció.
-Buenos días. Siento llegar tarde.-Dijo Chris.
-Hola. Usted debe ser Christian Harris.-dijo el profesor.
-Sí.
-Siéntate, por favor.
Chris dio una ojeada a la clase y se dirigió hacia mí.
-Puedo sentarme aquí, a tu lado?
-Sí, claro.-Me daba la sensación de que estaba poniéndome colorada.
El profesor Brown empezó a explicar todo lo que haríamos este curso. Cuando acabó de explicar, empezamos la clase de Geografía. Era la materia que mas odiaba.
-Vives por aquí cerca?-me pregunto Chris.
-Sí. A unos diez minutos caminando.
-Que suerte. Yo he de caminar durante veinte minutos.
Cuando sonó el timbre, todos salieron de la clase menos Chris y yo. Habían acabado las dos primeras horas. Por suerte, acabábamos las clases a las dos de la tarde. Ahora eran las diez. Teníamos cuarenta y cinco minutos de tiempo libre.
-Que quieres hacer?
-Te enseño el instituto, y hablamos?
-Me parece bien.
Empezamos a caminar por los pasillos del instituto.
Chris no dejaba de mirarme con una sonrisa.
-Sabes? Eres muy guapa.-Dijo él.
-Ah sí?
-Sí. Lo que me gusta más de las chicas son sus ojos. Y los tuyos son los más bonitos que jamás he visto.
-Bueno. Yo...yo no creo que sea así. No creo que nadie opine lo mismo que tú.
-Entonces los "demás" son idiotas.
Britt y su escuadrón aparecieron de la nada y se acercaban a nosotros.
-Hola, tu eres el nuevo, no?-Le dijo Britt a Chris.
-Sí, me llamo Chris.
-Yo me llamo Britt. Por cierto te gustaría pasarte por mi casa esta tarde?
-No lo siento. Estaré ocupado.-Dijo Chris pasándome un brazo por el hombro.
Britt puso cara de enfadada y hizo un tipo de gruñido. Luego se marchó con sus secuaces que intentaban ir a su ritmo.
-Pero que...?
-Shttt. Así es como ligar.-Dijo Chris poniendo su dedo en mis labios.
-Jajaja. Entonces no debes ligar mucho.
Estuvimos hablando hasta que sonó el timbre. Entonces volvimos a clase. Resulta que Chris vivía en Inglaterra pero por cuestiones de trabajo vino a vivir aquí.
A las dos acabo definitivamente el primer día de clase. No había ido tan mal como imaginaba.
Resulta que su casa estaba en la misma dirección que la mía.
-Te gustaría venir a mi casa? Mis padres no están.-Me dijo Chris.
-Sí.
-Perfecto.
-Y en tu antiguo instituto la gente era como la de aquí?
-Pues, no quiero chulear pero, digamos que casi todas las chicas iban detrás mío. Pero yo no les hacía caso.
Caminamos durante veinticinco minutos y al fin llegamos a su casa.
