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Eres un "depravado" Kim Min Seok un mugre depravado, lo admitía, él le atraía demasiado, de una manera realmente desconocida. Vivía con ese ser desde hace ya dos años, eran ya veinticuatro meses de tortura la cual era cada vez más profunda, no lo soportaba, era como si tuviera que vivir con el autor intelectual de su muerte. Desde que supo que su madre se casaría con el padre de aquel chico su vida se vino bajo, adoraba la idea de que su ya cansada y trabajadora madre pudiera ser feliz de nuevo aunque eso le doliera en el alma.

Bajo a paso lento y pesado por las largas escaleras de la que ahora era su casa, cerrando los ojos, tomándose de valor para poder enfrentar esa mirada lujuriosa que el chico de amplia sonrisa le dedicaba todas las mañanas durante el desayuno, no sabía que sucedía con él, podía ser amable por un momento, grosero el otro y un maldito acosador en tan solo abrir y cerrar los ojos; lo había estando espiando desde que viven juntos, le daba miedo en lo que se había estando convirtiendo, él le hacía llevar en contra todos los valores morales que su agetriada madre le había inculcando cuando niño.

En el colegio era lo mismo primero no se conocían y de un momento a otro lo acorralaba contra cualquier lugar para pedirle algún favor a los cuales el pequeño de ojos rasgados aceptaba sin peros, aceptaba hasta el más absurdo de los deseos que su medio hermano le pedía concediera.

Aquella tarde lluviosa apenas terminaba la pesada y odiosa clase de deportes, mientras Xiumin secaba el sudor de su frente con la toalla que su madre le había bordado con sus iniciales caminaba directo a la salida del campo haciéndose regresar por detrás de las gradas al notar que torpemente había olvidado su maleta. Daba pasos lentos y cuidadosos para no caer sobre los viejos tubos que yacían tirados o enterrados en el piso, tomo esa pesada maleta con olor a sudor y detergente y giro para de nuevo repetir sus pasos, sin darse cuenta que el cordón más largo del bolso se había atorado con el pedazo viejo de metal que salía de una de las gradas, tirando fuertemente de el, rompiendo el cordón por la fuerza aplicada, y cayendo directo en el piso lleno de tubos, lastimando su mano, pretendía levantarse cuando el ruido de unos pasos más adelante le hizo arrastrarse hasta la pequeña especie de cueva que se creaba por la estructura de las viejas gradas, el sonido aumentaba más y más hasta que se volvió realmente fuerte, los creadores de aquel debate de gemidos y susurros se posaron o solo dos pasos del pequeño escondido, cerró los ojos pero minutos después el interés por saber que sucedía le hizo abrirlos y quedar boquiabierto al ver que el protagonista de la escena era nada más y nada menos que su hermano, Min Seok sintió la sangre subirse a sus mejillas, la forma en la que aquella chica se dejaba manosear por las hábiles manos del chico le hacían sentir fuertes golpes en el estómago,sentía celos, tomo su maleta y se levantó haciendo un poco de ruido para llamar la atención de los dos personajes. Aclaro su garganta y comenzó a caminar para salir de aquel lugar, sintió un fuerte brazo detenerle pero con todas las fuerzas que le quedaban jalo de él y le fulmino por última vez. Guardaba sus cosas en el casillero marcado con el número 99, mientras divisaba por el rabillo del ojo a su hermano acercarse a él y apresuro el paso para no hablarle "no le digas nada a nadie, te lo pido", su voz retumbaba en su cabeza mientras se dirigía a su habitación, maldito Kim sabes perfectamente como jugar conmigo, decía a regañadientes el pequeño Xiumin. Pretendía recostarse y descansar un poco cuando un sobre con olor a roble traspaso por debajo de su puerta y aquellos rápidos galopeo desaparecían por las escaleras; "nos vemos en la plaza de Seúl, necesito decirte algo", por un momento lanzo la nota al piso y se recostó resistiéndose a ir, pero eso no duro mucho pues realmente amaba a ese chico y no podría durar mucho tiempo molesto con él, sabía que no podía ser correspondido y eso le dolía demasiado, el solo ser visto como un hermano o ni siquiera eso, dolía.

Llego a la dirección establecida pero eso no era ninguna plaza, era un sucio y solitario callejón, entro la duda en ese pequeño ser haciéndolo retroceder rápidamente, comenzaba a girar sobre sus talones cuando esa melódica voz que pronunciaba su nombre le hizo parar en seco, ahí estaba él, sus pantalones pegados, su playera con el estampado de alguna banda de rock famosa, su chamarra de piel color negro, vans viejos, ese cabello alborotado de una manera única y ese inigualable olor a cigarro y el costo perfume marca polo que utilizaba impregnando todo aquello que tocara le hacían perder la poco cordura que podía tener. Camino hasta el chico de una menor estatura y le tomo por la muñeca adentrándolo aún más a la oscuridad, se detuvo y volvió su mirada a la desconcertada y temerosa vista del ajeno. "Xiumin te pido un último favor, bésame" , dijo esto tomando con delicadeza el rostro del menor marcando su delineado perfil, el pequeño de ojos rasgados se había quedado estático quería esto más que nada en el mundo, deseaba probar esos labios delgados y carnosos, deseaba sentir la esencia de Chen lo deseaba desde que lo conoció en el segundo año de preparatoria quedando perdidamente enamorado de él, sabía que era un amor imposible ya que era el típico chico popular que gozaba de fama y chicas, sus ilusiones se vieron derrumbadas y sepultadas al saber que ahora no solo sería su platónico, también sería su hermano. Pero ahora lo tenia ahím, frente de él.

Titubeante acerco poco a poco sus labios a los de Jong Dae fundiéndolos en uno mismo, encajaban perfectamente como si las piezas perdidas de un rompecabezas se unieran de nuevo, se separó de él para tomar aire sintiendo como la fría briza chocaba contra sus cálidos labios. "Kim Min Seok quiero que me permitas tomarte" dicho esto Chen tomo el delicado cuerpo de su hermano y lo poso sobre el suyo enredado las pequeñas piernas de este sobre su cadera, comenzó a besarlo chocando ciegamente contra la fría y sucia pared del callejón, no había nada más, solo ellos y la débil luz de la luna en su etapa de luna llena, bajo su pantalón y masajeo el ya erecto miembro de su aún desconcertado hermano.

Había soñado con esto todas la noches desde hace ya dos años tomar ese cuerpo, hacerlo suyo, le tomo, beso su cuello y luego dirigió sus labios a los de Xiumin para sosegar el dolor de la primera embestida que daba, en un grito ahogado, Min Seok acepto placentero el gran miembro de Chen, este lo llenaba completo, le hacía sentirse en las nubes, las embestidas continuaron con un ritmo perfecto al igual que el sonido de sus gemidos y sudorosos cuerpos chocar creando una erótica danza, saliendo completamente de él para luego penetrarlo de lleno haciéndolo sentir completo, tocando ese maravilloso punto, aumento la velocidad y antes de poder llegar al final del clímax Jong Dae se separó repentinamente de Xiumin dejándolo vacío.

"Amárrame Xiumin, amárrame contra esa reja, hazlo y móntame hasta dejarme inconsciente", tras estas últimas palabras su inconsciente sé quedo completamente en blanco, había tenido fantasías sexuales con Jong Dae como tener relaciones en la cocina o sobre la mesa pero esto había salido de sus parámetros, esto era realmente depravado. Tomo una bocanada de aire profundo y tomo con delicadeza la cuerda con la que complacería al chico que deseaba. En un último deseo Jong Dae abrió la boca pidiendo su última suplica "En cada envestida quiero que me des un golpe justo aquí- dijo señalando su abdomen- quiero que dejes tu marca en mí, quiero que nos fundamos en uno mismo."


Depravado  -CHENMIN-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora