Sí, suena raro que esto acabe en dieciséis miseras partes. Un consejo: jamás empieces con un "para siempre".
Es el final, es el momento en el que lo mejor es no moverse. Es el momento en el que escuchar música en la oscuridad es lo que, quizás, sea lo mejor del día.
Perfumes, roces, caricias, lugares. Todo te va a recordar a ella y no intentes negarlo ni hacerte ver a ti mismo que no es ni va a ser así. Por que va a ser así.
No voy a intentar ni decirle que no se vaya, que se queme aquí, conmigo. Solo voy a recordar lo mínimo posible sus "te quiero", aquellos que sonaron y suenan mejor que todo lo que he escrito, aquellos que sonaron y suenan mejor que la música que escucho abrazado por la oscuridad.
Y todos los días me diré: "Hoy, te echo tanto de menos que en mi reloj aún es ayer".
Y voy a recordarte, como si hubieras sido (mía) ayer.