Oh Nicaragua
¿Eterna o efímera?
Nos han llamado para proclamarte madre e hija
que con tu pecho nos palpitas
pobre humanidad la que te ha colmado de verbos fuertes
que me he aferrado a tu hubre
deciendote cultura mía
¿te han perdido o encontrado?
Que nos llaman nicaragüenses
hemos nacido de ti
de semillas de frijoles
que nos colman las sonrisas de maizales
que nos llaman agrónomos
de dichosa agronomía.
Mano fuerte
que siembra en ti poesía
para crecer arboles en tus mejillas
rosadas y quemadas por un sol trabajador
que nos deja luminosos por su resplandor.
Oh Nicaragua
aferrada al gobierno corrupto
contigo somos
contigo dejamos de ser
miserables cenizas
con las que aprendemos el fuego
y nos metemos entre comillas.
Cuerpo nica
lleno de aire y de revolución
de puños al aire
subiendo la voz
¡Nicaragua! ¡Nicaragua!
Azul y blanca
tus pechos son las montañas
que nos hicieron hombres
que nos hicieron mujeres
amados por tus besos
y por tu tierra
que ahora nuestra
la hemos dejado en manos sucias
que te conocieron los cerros
lo indígena
y lo seco.
Oh, Mi Nicaragua
llámame tuya
así como te verso
desde la tumba
que te llevó viva
aunque haya muerto.
Dime Nicaragua
¿Qué te has hecho?
¿Ahora tus pedazos de cielo acaso se han vuelto infiernos?
Ven y quemame entonces
con la lava de tus volcanes
y la ira de tus palabras
grita que la tierra no es fértil
que sembramos semillas
para que nazca el córdoba
que sembramos cadáveres
que murieron luchandote
que tus frutos nos han envenenado
que tu pecho tiene cáncer
y que nacimos enfermos.
¡De lucha!
Que te luchamos
que bailamos folcklore
y que te cantamos
a todo pulmón.
Dame las alas
con las que te fuiste
en los novecientos de la guerra
dame esas alas con las que vendrás
y apuñalaras a espada
a las manos que te han gobernado mal
que vendrás en dos mil
y perduraras sana
sin enfermedad.
Que se nos suba la pasión
y no el poder
que los graffitis nos griten el arte
que nos manchen de azul el rostro
que nos miremos por fin a los ojos
y nos digamos hermanos.
Con la bandera
enterrada en el alma
libre y soberana
con corona de paz
y mano de artista
de pintor y de poeta.
Con voces de niños
de adultos
de ancianos
de oídos que escuchan
de manos que abrazan
de narices que huelen
de labios que gritan
¡Nicaragua! ¡Nicaragua!
