Un mismo cielo, un mismo recuerdo.

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Capítulo 1

Tenues luces como luciérnagas iluminaban el parque central de la ciudad de Piltóver, era una noche tranquila en la que los civiles disfrutaban junto a sus familias el festival nocturno que celebraba otro año de progreso para la ciudad. Cada otoño la gente aprovechaba esta instancia para reunirse, disfrutar de las tiendas de comida, de los juegos para niños y de los fuegos artificiales que anunciaban el cierre del festival.

Una muchacha caminaba tranquilamente por medio del parque con una gabardina ocultando su rostro y tatuaje, lo único descubierto eran sus profundos ojos como un bello día con el cielo despejado. Estaba sola pasando entre la multitud, no tenía a nadie para que la acompañara, pero tampoco le importaba mucho, a ella le gustaba la soledad de esa noche. Además quería pasar desapercibida, y así lo iba logrando sin el uso de sus enormes guanteletes, no quería que la vieran y que la persiguiera un puñado de oficiales tras identificar en su rostro el tatuaje que marcaba su nombre y sus gigantescos puños Hextech.

Cada vez que podía se acercaba a una tienda para comprar algo de comida, bebía su segunda botella de alcohol que tenía escondida y así hasta terminar sentándose en unas bancas lejanas del centro de atención para fumar un cigarrillo mentolado relajadamente mientras apreciaba la noche.

Por otro lado, una mujer que desprendía elegancia y belleza estaba acompañada de un hombre fornido que captaba la atención de varias chicas más a su alrededor, miraban coquetas y otras con desprecio por el hecho de estar acompañado, le quitaba la oportunidad de entablar una conversación con el hombre más codiciado de Piltóver.

-Hay mucha gente viéndonos, Jayce –"Acaso todos estarán pensando que estamos juntos como... ¿pareja?, tengo la sensación de que las mujeres me miran con desprecio" –pensó la castaña con algo de fastidio.

-No te preocupes Caitlyn, ¿sabes? Mejor vamos a comer algo, así tenemos mayor privacidad y conversamos tranquilamente –dijo con una sonrisa de lado.

Caminaron hasta llegar a un puesto de comida cerca de unas bancas del parque con un jardín de camelias rojas y de un río en el que parejas paseaban por el puente adornado de romanticismo.

-Pide lo que quieras Cait. Yo pagaré la cena, esta vez puedes aprovecharte de mí esta noche, ya sabes... completamente. –El apuesto hombre con tono seductor le guiñó un ojo, lo había dicho con una clara intención de doble sentido.

-Jayce, no es necesario. Pagaré mi plato y no necesito que me lances indirectas de tal calibre. De todas formas gracias por la oferta... y con eso me refiero a la cena –con el ceño fruncido Caitlyn se dispuso a leer los variados platos del menú.

A la detective le molestaba que el defensor del mañana fuera tan cargante con ese tipo de mensajes ocultos frase tras frase, una y otra vez. Era cierto que ambos se llevaban y se veían bien, pero ya había rechazado una y mil veces el hecho de salir con él como pareja. No quería formar una relación con él porque siempre que estaban juntos y un hombre saludaba a la Sheriff, se le lanzaba como animal con ataque de celos a alejar a algo que creía que era suyo, de su propiedad.

-Además – continuó la morena –nosotros no venimos aquí a hacer vida social, hemos venido a cuidar el área de posibles robos. No hemos comido en todo el día por estar pendientes de las preparaciones del festival, así que aprovecharemos estos minutos, comeremos rápido y luego seguiremos cuidando de la zona.

-A tus órdenes. Aunque tampoco es necesaria tanta frialdad –sentenció apenado y cabizbajo al notar que nuevamente, sus esfuerzos de conquistar a la mujer eran en vano.

Seré Fuerte [Vi x Caitlyn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora