Sweet Nurse ||N.H.||

Capítulo 11: Sexy.

El día lunes Niall entro en la enfermería a primera hora. Hope sonrió cuando lo vio, aunque noto un pequeño cansancio en sus ojos.

-¿Ahora qué Niall?

-Me duele el páncreas.

-¿Sabes en donde está tu páncreas siquiera?-le pregunto ella, incrédula, mientras se reía.

-...Claro que lo sé-dijo él, mientras se señalaba el estomago-Esta por aquí.

-¿Tienes alguna idea de para qué sirve?

-...Ese es tu trabajo-exclamó él. Ella se río divertida, mientras lo observaba como si se tratara de un caso perdido-Lo mejor será que me recueste por un rato.

-Si tú lo dices-dijo ella.

Niall la observo desde la camilla. Ese día llevaba el cabello sujeto en un moño. Se había puesto un bonito vestido floreado, el cual no se podía apreciar bien por culpa de la bata, pero aun así pudo apreciar sus bonitas curvas. Era preciosa, le sorprendía que no hubiese cientos de chicos en la puerta, esperando ser atendidos por ella.

-¿Te gusto?

Hope levanto la vista sorprendida. Sus ojos azules lucían confundidos.

-Perdón?

-¿Te gusto?-repitió Niall-Ya sabes, te parece que soy... ¿sexy?

-Eso es totalmente inapropiado.

-Es solo una pregunta-replico Niall sentándose en la camilla, encogiéndose de hombros-Yo creo que tu eres jodidamente sexy.

-...Niall, esta conversación es totalmente...

-Inapropiada-la corto él-Lo sé, lo sé. Eso no significa que no puedas responder la pregunta.

-No lo haré-dijo ella, mientras le dirigía una mirada severa-...¿Es por eso que pasas tanto tiempo aquí?

Niall prefirió no contestar. Para ser alguien tan inteligente, la chica era realmente lenta.

-Eres increíble-dijo ella y si bien Niall sonrió, la mirada de la morena le indico que no se trataba de un cumplido.

-Solo responde la pregunta-dijo él.

-...No-respondió ella, con una mirada desafiante y hubiera sido mucho más convincente si sus mejillas no estuvieran sonrojadas y sus ojos lo recorrieran de arriba abajo.

-No te creo-dijo él. Y antes de que Hope pudiera decir algo, Niall le levanto y la acorralo contra el escritorio. Los grandes ojos azules de Hope viajaban desde sus ojos hasta sus labios y lo observaba con una mezcla de miedo y anticipación. Niall la observo atentamente, tenía unos labios muy rojos y carnosos, que se veían completamente apetitosos y la piel de su cuello era cremosa y suave a la vista. Sin darle demasiadas vueltas, la tomo del cuello y estrello sus labios contra los de ella. Mordiendo suavemente su labio inferior, le acaricio la mejilla con suavidad. Hope coloco sus manos en el pecho y si bien en un principio había intentado empujarlo, ahora sus dedos se habían aferrado a su camisa, acercándolo aun más.

-Niall-...-escucho que gemía suavemente Hope, cuando él se separo por unos segundos para tomar aire, antes de volver a besarla. Con delicadeza le acaricio un mechón de cabello, mientras succionaba los labios rosáceos de la chica. Niall no quería separarse de ella. Nunca. Pero sabía que la puerta no estaba cerrada con seguro y que cualquier podría entrar. Por lo que le soltó la cintura y se alejo de ella. Hope tenía las mejillas coloradas y los labios enrojecidos. Y Niall no pudo evitar sonreír al verla así, se veía adorable y sexy a la misma vez (Combinación que él no había creído posible hasta que la había conocido).

-...Ahora me siento mucho mejor-murmuro Niall con una sonrisa pícara, Hope se sonrojo aún más y él no pudo evitar reírse. ¿Después de un beso como ese, un simple comentario la avergonzaba? Irónico.

-Será mejor que te vayas-dijo Hope, su tono era severo, pero las mejillas rojas y los ojos nublados por el deseo le restaban autoridad.

-Si eso es lo que quieres-dijo él encogiéndose de hombros, mientras la observaba atentamente. Buscaba algo que lo hiciera quedarse, lo que fuera. Pero los ojos de Hope eran serios y parecía confundida. Está bien, se dijo mentalmente, le daría tiempo para reflexionar.

-...Niall...-dijo ella, cuando el rubio ya estaba en la puerta, con lentitud se dio la vuelta para encararla-...Por supuesto que sí.

Niall solo sonrió. Ella pensaba que él era sexy, pero aun así lo botaba de su oficina. Que contradictorias podían llegar a ser las mujeres.

Continuará...