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Diez minutos y yo todavía sigo en el mismo lugar sentada, por suerte el chico que estaba a mi lado ya se marchó, salió con un nuevo tatuaje en su brazo de una especie de números romanos y cuando estaba a punto de irse me guiñó el ojo y me sonrió con petulancia, no me inmuté en lo absoluto, no era mi tipo además de que tengo novio.

-Skylar -me llama Lila -Ven conmigo -mueve la mano para que la acompañe.

A pasos torpes la sigo adentro por un largo pasillo donde hay varias puertas, se detiene en una donde la placa dice “Malik” y por poco piso a Lila por andar de distraída.

-Puedes entrar y esperar allí si quieres, en unos minutos llega -ofrece y le dedico una sonrisa de agradecimiento.

Entro a la habitación y cierro la puerta, me doy la vuelta para observar el lugar y me encuentro un gran equipo con agujas y tinta, me entra el pánico de sólo verlas pero sé que no duele tanto como dicen porque Jace me lo dijo, también hay una camilla y al lado un pequeño banco, voy a la mesa donde hay una libreta y la tomo; la curiosidad siempre me gana. La abro y quedo asombrada de ver dibujos tan buenos y profesionales, paso y paso hojas y las ganas de hacerme el tatuaje aumentan conforme voy viendo estos bocetos.

-¿No te han dicho que fisgonear en las cosas de los demás es de mala educación? -una voz a mis espaldas me hace pegar un salto.

Me volteo sobre mis talones para encontrarme con un chico alto, de cabello negro oculto por una gorra, pantalones negros rasgados en las rodillas y una camisa negra, su brazo derecho está totalmente tatuado y en su mano izquierda tiene sólo un tatuaje, tiene unos centellantes ojos pardos cubiertos por unas largas pestañas negras, tiene el entrecejo fruncido y la mandíbula apretada; se ve muy sexy de esa forma, se acerca a mí de una manera agresiva y yo cierro la libreta por acto reflejo.

-Toma -le entrego la libreta y la toma con brusquedad para guardarla en un cajón de la mesa.

-Acuéstate allá -señala la camilla con la barbilla y voy donde él me pide.

Cuando ya estoy sentada el chico se acerca y se sienta en el pequeño banco, un olor a cigarro mezclado con loción invade mis fosas nasales y de pronto me doy cuenta de que extrañamente me agrada ese aroma.

-¿Y tú no escuchaste o qué? Dije que te acostaras no que te sentaras -espeta y me mira con el ceño fruncido.

-¿Y tú tienes que ser tan gilipollas siempre? -contraataco y me acuesto con las manos en el abdómen.

Se queda callado y no responde, en lugar de eso me pregunta.

-¿Y por qué vienes? -me mira fijamente, como si quisiera descifrar lo que estoy pensando.

Ruedo los ojos y una carcajada amenaza con salirse de mi boca. ¿Es idiota o qué?

-¿Acaso no es obvio? Vengo a hacerme un tatuaje -sentencio y vuelve a fruncir el ceño como por tercera vez.

-Me refería a qué te vas a hacer. ¿Qué quieres que te haga?

No puedo evitar mal pensar eso y soltar una risita, mi lado pervertido siempre está conmigo, observo como el labio del chico se curvea un poco y pienso que va a reír sin embargo rápidamente oculta la sonrisa y vuelve a poner su semblante serio.

-Quiero una flor pequeña -suelto mordiéndome el labio con nerviosismo.

-Era de esperarse -sisea entre dientes el pelinegro y frunzo el ceño.

-¿Disculpa? -este chico está acabando con mi paciencia.

-No voy a perder mi tiempo haciendo una simple y estúpida flor -resopla y lo miro incrédula.

-Ese es tu trabajo ¿No? Deberías dejar de ser tan grosero, mira que ser amable de vez en cuando no estaría mal -me cruzo de brazos.

-Y tú deberías dejar de ser tan caprichosa -replica y enarco una ceja.

No soy caprichosa.

-¡Nisiquiera me conoces! -grito y lo fulmino con la mirada.

-No hace falta conocerte para adivinar que eres una caprichosa concentida, además tú tampoco me conoces así que no me subestimes -ladra y se relame los labios.

-No te estaba subestimando, sólo estaba haciendo un simple comentario -me sobresalto de inmediato.

-Ya pues hubieras mantenido tu boca cerrada y no hubieras hecho ningún comentario para empezar.

Respiro profundo antes de estallar y mandar a la mierda a este chico.

-¿Me vas a hacer el puto tatuaje o no? -zanjeo olvidando el asunto.

-Ya te dije que no perderé mi tiempo haciendo una gilipollez de esas -sentencia y cierro los ojos buscando la paz y tranquilidad de la que carezco.

Lo miro atentamente y sé que no va a cambiar de opinión así que me resigno.

-De acuerdo, me haré otra cosa -veo que me va a interrumpir así que continúo -Pero con una condición.

-Habla ya -gruñe y rueda los ojos.

-Me haré uno de los dibujos que hay en la libreta que guardaste -completo y él abre un poco los ojos.

-Ni de coña te tatuaré un dibujo de allí.

-La flor o el dibujo de la libreta, tú decides -sonrío triunfante y él me mira perplejo.

Lleva la mirada hasta el cajón donde se encuentra la libreta y después me mira a los ojos, suspira y se levanta soltando un par de maldiciones, va a traerla y me la entrega sin siquiera mirarme para después volver a sentarse en el banco. Abro la libreta y paso las hojas buscando el dibujo más complicado que encuentre; quiero hacerle el día imposible a este imbécil.

-¿Y bien? No tengo todo el día -resopla y yo pongo los ojos en blanco.

-Este -le enseño un dibujo de un árbol seco, sus ramas totalmente secas y sin vida, arriba la luna redonda y pacífica, el dibujo refleja una noche muy oscura; bueno eso creo, este dibujo es muy extraño y la única razón por la cual lo escogí es porque le va a traer problemas al hacerlo.

Comienza a preparar todo y mientras lo hace se ve extremadamente concentrado, debo admitir que es bastante guapo; la forma en la que tensa la mandíbula haciendo que sus rasgos y facciones se marquen más, la forma en la que muerde su labio inferior, es una lastima que sea un troglodita.

-No me has dicho cual es tu nombre -digo de la nada pero me ignora totalmente -¿Hola?

-Eso es algo que no te importa. ¿Por qué mejor no te dedicas a mantenerte callada y dejarme trabajar en silencio? -ofrece fingiendo amabilidad.

La gota que derramó el vaso. Es suficiente, acabó con la poca paciencia que me quedaba, me hierve la sangre y apreto los puños con fuerza.

-Eres un maldito hijo de...

-No te atrevas a decirlo Skylar -me interrumpe y abro los ojos como platos.

-¿Cómo demonios sabes mi nombre? -espeto y noto como se pone tenso.

-Le has dicho tu nombre a Lila ¿No? Ella me lo ha informado -se explica y se voltea para quedar en frente de mí.

-Ah -es lo único que digo y después sigue con lo suyo.

-¿Cómo te llamas? -pregunto y la comisura de sus labios se curvea en una media sonrisa que rápidamente se desvanece.

-No vas a dejar de insistir ¿Cierto?

-Veo que ya me vas conociendo -le dedico una mueca extraña y él parece estar muy concentrado en su trabajo.

-Soy Zayn, ahora concentrémonos en el tatuaje y dejemos de hablar de cosas irrelevantes -añade restándole total importancia.

Lo miro a los ojos tratando de descifrar su mirada sin embargo no puedo distinguir nada en su rostro, no puedo saber lo que está sintiendo o pensando y eso es algo que me está matando teniendo en cuenta al chico tan misterioso que tengo en frente, teniendo en cuenta lo curiosa que soy, teniendo en cuenta que cueste lo que cueste averiguaré todo lo que oculta detrás de ese frío semblante y esos brillantes ojos pardos.

Tattoo |Z.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora