Stockholm Syndrome

Capitulo 3

Desperté atada de pies y manos en lo que al parecer es la cajuela de un coche, el miedo empezó a crecer de nuevo en mi cuerpo, empecé a idear un plan de escape, bueno no tanto como un plan de escape pero era algo más parecido a recordar las clases de defensa personal a las que asistí hace ya algunos años obligada por mi madre.

Oh, mi madre

Ya hace tiempo que ella murió, aun la extraño demasiado tengo que admitir.

¿Qué haría Ella si estuviese viva y se enterara de mi secuestro? No lo sé, sólo podría decir que se pondría mal, muy mal

Ella era una mujer luchadora y fuerte, casi nunca mostraba sus sentimientos a los demás, me contaba en mi etapa de adolescencia el porqué de su encierro sentimental, y ¿Cual era la respuesta? No quería vivir de nuevo lo que vivió con mi padre, bueno si es que puedo llamarlo así, después de todo nunca estuvo conmigo, solo se entero que mi madre estaba embarazada y se fue, la abandono, solamente tenía una foto, una simple y mísera foto de aquel idiota que se hace llamar hombre, lo único que podría saber y ver sobre el...

Un fuerte sonido me desconcertó y me hizo doler la cabeza horrores,

¿Qué cojones estaba pasando afuera?

¿Quién estaría ahí?

Más bien dicho ¡¿QUE ME HARIAN AHÍ?!

¿Y mi supuesto plan de escape que estaba creando?

Oh, santa mierda

Mi única alternativa seria, que al que me hiciera algo o intentara hacerme algo, le patearía las bolas y correr a donde fuera y buscan un refugio, encontrar un armario y... ¿ huir a narnia? Creo que el cloroformo arruino mi mente.

De pronto la cajuela se abrió y una luz cegadora inundo mi vista, tuve que parpadear muy rápidamente para adaptarme a la luz, hasta que pude distinguir entre todo ese montón de destellos verdes y morados una silueta de un chico, lo veía demasiado borroso la verdad, hasta que hablo y pude darme cuenta que era el... el que me secuestro

-La muñeca ya despertó-dijo con una sonrisa que según él era "sensual" tal vez para alguna otra chica sí, pero para mí no, al mismo tiempo que me sacaba de la cajuela cerrándola fuertemente, mi alternativa se fue a la mierda con toda mi concentración ¿Cómo coño voy a darle una patada en las bolas si estoy atada de pies y manos?

¡Es ilógico!

Hay Rachel tan estúpida como siempre.

Por lo que pude ver estábamos demasiado lejos de la ciudad, parecía como un bosque, si claro, un bosque con un estacionamiento como para 40 camionetas y 67 carros, que quede claro que no exagero, ¡Es Enorme!, llegamos a la entrada y había un tipo ahí, yo no podía verlo porque seguía en el hombro y brazo de mi secuestrador con mi cara en su espalda, si se lo preguntan , no, no gritaba ni pataleaba, intentaba tener calma, si no exageraba, gritaba y hacia rabietas, tal vez no me harían mucho daño ¿Verdad?

Para mi alias "El chico que me secuestro" que se llama Axel por lo que pude oír del guarura de la Puerta, entro a lo que pude ver era una mansión, ¡Una mansión en medio del bosque! empezó a subir las escaleras por donde pude ver habían miles de puertas, por Dios eso en vez de mansión parecía laberinto.

¿Cómo escaparía?

¡Primero me perdería antes de siquiera llegar a la entrada!

Camino en uno de muchos corredores hasta la última puerta y dio tres golpes secos en la misma.

-Adelante- Se escucho una voz dentro de aquel, a mi suposición era una habitación, una voz grave, muy pero muy escalofriante.

Axel abrió la puerta y me sentó delicadamente en un sofá de cuero negro que estaba ahí, parecía más una sala que una habitación, pero lo que se me hizo raro es que no me haya tirado, o simplemente dejarme caer, pero... No lo hizo

-Mira nada mas lo que tenemos aquí- dijo la misma voz- Sal Axel

Dijo aquel hombre de cabello castaño claro, ojos verde esmeralda, nariz respingona, piel tersa y por lo que parece suave, labios rosados y rellenos en forma de corazón, era bastante atractivo la verdad,

¿a sus cuantos años?

¿24?

¿25?

¿Qué me está pasando?

¡Insisto ese cloroformo me ha lavado el cerebro!

La puerta se cerro, voltee mi cabeza para darme cuenta que Axel había salido y estaba sola con el

-Por fin frente a frente... Querida Rachel- dijo haciendo que solamente el sonido de su voz y su mirada sobre mí, me pusiera los pelos de punta.