CAPITULO UNO

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Capítulo

Uno

Me siento en el pequeño sofá que he puesto en mi departamento y me pongo a pensar en el sueño que he tenido, siempre es el mismo desde que me mude a Londres, no le he dado mucha importancia ya que necesito enfocarme en mis estudios, más cuando he entre a la preparatoria que quería " ".

Estoy demasiado nerviosa mañana es el primer día de escuela y no sé cómo me ira todo es nuevo y diferente además no tienen las mismas costumbres que en Estados Unidos que tal si hago algo malo y no lo sé, eso sería muy vergonzoso.

Me voy a la cama con la esperanza de poder dormir, poco a poco me voy quedando dormida asta no saber de mi. Me encuentro sentada en la mesa mi casa con mi hermano Gerardo y mis padres mi padre me dicen que debo de quedar me a estudiar en la ciudad de chicago y quedarme con ellos, pero yo no quiero, cuando le digo que no me pienso quedar en chicago se empieza a enfurecer, me empieza a gritar de pronto escucho un sonido raro pero me doy cuenta que es mi alarma.

Estoy tan nerviosa que al ponerme el pantalón me lo pongo al revés trato de apurarme para que no se me haga tarde y ser puntual, me tomo el vaso de leche de un solo trago, salgo del cuarto azotando la puerta.

Llego a la entrada de la Preparatoria decido pararme un instante para apreciar las calles detrás de mi. Busco en mi hoja la primera clase que me toca pero por tan concentraba que estaba buscando el salón choco con algo es alguien. Él es un joven alto de pelo güero, ojos totalmente negros, pestañas tan largas y chinas, además tiene labios carnosos.

-Lo siento -le digo con vergüenza-, no me fije.

-No importa -Tiene una voz seria y gruesa-, ¿eres nueva verdad?

-Sí, no soy de aquí –le digo lo más tranquila que puedo.

-sí, se te nota –lo dice con una pequeña carcajada y se rasca detrás de la cabeza-. Por cierto soy Gabriel.

- yo soy Andrómeda.

- Es un bonito nombre –me sonrojo de inmediato.

- disculpa Gabriel ¿me puedes decir donde se encuentra la clase de Matemáticas con la maestra Mara Lée Mendoza?

- Claro te acompaño.

Hablamos hasta llegar a la puerta del salón. Se despidió y se fue a su clase de Historia. Entrando al salón me fijo cara por cara si veo de pura casualidad a alguien conocido, una muchacha está sentada detrás de mí, no esta tan alta ni tan chaparra, tiene ojos grandes y redondos, además tiene el pelo chino y café.

-Hola –me dice con una gran sonrisa en su rostro-, soy Mónica.

-Hola –le digo devolviéndole la sonrisa- yo soy Andrómeda.

-¿Tu de dónde eres?

-Soy de Chicago ¿y tú?

-Yo soy de París–me dice con una pequeña risa-¿No estás nerviosa? Porque yo si.

-Si también –le digo -¿Cómo crees que sea la maestra?

-Me la imagino gorda y sangrona pero quien sabe-dice riéndose.

En ese instante entra la maestra no se parece a nada como se la imaginaba Mónica de hecho era todo lo contrario es delgada con un cuerpo de modelo, en lo que entra directamente al pizarrón a escribir su nombre todos los estudiantes sele quedan viendo con la boca abierta y la verdad no sé cómo no se les caía la baba

EN LA PREPADonde viven las historias. Descúbrelo ahora