Después de eso, no volví a ver a Alex. Fueron pasando las semanas, una semana, dos semanas, tres semanas, y las cuatro semanas, llego el mes, pasaron los doce meses del año y yo no lo había olvidado a Alex. Desde ese día no había vuelto a salir de mi casa. Estaba encerrada en mi habitación. Comía cada unas semanas y muy poco. Tampoco tomaba agua. Mis padres ya se habían mudado de la casa y yo seguía encerrada, sin ganas de salir. No podía dejar de pensar en Alex, en su esposa, y en que tal vez tenía hijos.
Al no comer, comenzó a tener trastornos alimenticios, anorexia, al no poder ver a Alex, empece a cortarme las venas. La vida sin el no tiene sentido.
Luego de unos años, comenzaron a hacer visitas guiadas por la casa que estaba abandonada. Yo escuchaba desde la puerta que decían que no se sabía si la persona que estaba en esa habitación, mi habitación, estaba viva, o muerta, se había escapado, o seguía adentro, era verdad que había una persona, o solo era una leyenda.
Después de todo, la casa seguía en venta. Un día una familia decidió comprarla. Yo no quería que descubrieran que ahí adentro había una chica de 18 años encerrada sin comer ni tomar y cortándose las venas tratando de matarse, pero nunca terminaba de hacerlo.
ALGO TENÍA QUE HACER, Y LA VENGANZA, IBA A SER DURA.
MUY DURA.
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Después de tu partida
Teen FictionMilagros Umbridge es una chica de 15 años que no tiene amigos, o al menos ahora. Ella tenía una mejor amiga, Dolores, pero la traiciono con su novio, Sergio. Dos meses después conoció a Axel, un chico de 10 años mayor, pero, era un amor prohibido. E...