Louis caminaba por los pasillos del metro, algo apurado, tratando de llegar a tiempo. Sus piernas se movían con gran velocidad y sus ojos estaban algo achinados para que la brisa no entre en ellos. Compró uno de los boletos y esperó al próximo viaje. Entretenido, mirando la hora de su celular, notó una mirada sobre él. Una mirada que se sentía penetrante. No dudó en girar su cabeza, tenía necesidad de saber quien lo observaba.
Un muchacho de su misma edad, con el cabello ondulado, inspeccionaba cada uno de sus movimientos con un semblante serio, sin ninguna expresión.
Un escalofrío recorrió la espalda del chico de los ojos azules, frotó sus ojos y cuando quiso volver a verlo, este ya no estaba. ¿Ya se había ido? Era imposible, ningún transporte había pasado aún y aunque así fuera, el muchacho no hubiera tenido tiempo de alcanzarlo. Miró con detallismo su alrededor buscándolo.
Allí estaba, parado entre la multitud, esperando a la llegada del vehículo que lo acercaría hasta su hogar. Observó los movimientos del muchacho, se acercaba cada vez más al borde del pasillo, se aproximaba a las vías.
Su corazón comenzó a latir con rapidez, ¿cómo es que nadie hacía nada para detenerlo? ¿Querían verlo caer?
Cuando el joven quiso poner un pie en el aire, algo inesperado ocurrió:
- ¡CUIDADO! -vociferó con preocupación Louis.
Su estomago se cerró y notó como todas las personas volteaba a verlo, algunas preocupadas, otras divertidas, y otras simplemente no le dieron mucha importancia al asunto.
El ojiazul sentía sus mejillas arder, nunca había pasado tanta vergüenza en su vida, la gente lo miraba como un bicho raro sin entender lo que sucedía.
El muchacho por el cual se había preocupado, ya no estaba, no había caído, no estaba entre la multitud, simplemente no existía.
¿Todo esto había sido parte de su imaginación? ¿Todo había sido producido por su mente?
Bajó la mirada apenado y buscó su celular, que se encontraba en su bolsillo derecho. Con nerviosismo marcó el número de su madre, necesitaba escuchar la voz de alguien familiar, alguien que no se tome en broma lo que él estaba diciendo:
- ¿Mamá? -Dijo al escuchar como atendían y tapándose el oído por el cual escuchaba sonidos exteriores.
- Si, hijo. ¿Qué pasa?
- Necesito que vengas a buscarme, es importante.. -Louis suspiró- No creo que pueda volverme en subte, ya demasiada vergüenza pasé.
- Cariño, no creo que nada sea tan vergonzoso como para que tengas que salir del lugar...
- Si lo es, y necesito tu ayuda.
- Esta bien. Pero es la primera y última, sabes que trabajo y no siempre voy a estar disponible. Dejaré a las niñas solas, que no se vuelva a repetir, Tomlinson.
El ojiazul cortó la llamada y corrió con todas sus fuerzas fuera de ese lugar. Lo único que quería en este momento, era abrazar a su madre y sentir que, realmente, no estaba loco.
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White light
FanfictionLouis Tomlinson es un chico de 17 años quien, para sus padres y amigos, sufre de esquizofrenia. Y si por alguna de esas casualidades una persona que creen imaginada existiera, solo que en un mundo paralelo? 2017