Seguridad

Capitulo 1.

Los rayos dorados del sol atraviesan las persianas del cuarto de Madeleine, llegando hasta su cama donde rozan con tibiesa sus mejillas. Un gruñido sale de sus labios al momento de voltearse y taparse hasta la cabeza con las sabanas. -Maddie, cariño, tengo que irme ya- la dulce voz de su madre hizo que sacara su cabeza de su escondite, volteando al marco de la puerta para ver a la mujer-Vale, saldre de aqui en un se..- Maddie se dio un segundo mas para poder abrir los ojos bien, pues no veia a su madre bien -Saldre en un segundo - Termino por decir. Salio de la cama a abrazar a su mamá. Esta acaricio su mejilla despues de despegarse un poco del abrazo- No llegues porfavor tarde al colegio,¿De acuerdo?- Maddie entorno los ojos, como viendo a su madre sintiendose ofendida. -Yo no llego tarde jamas al cole.- hizo un ademan dramatico con su mano derecha y posandola en su pecho de manera teatral al decir esto. Su madre sonrio y nego con la cabeza, dandole un beso en la frente. -El punto es que ya se te hizo un poco tarde si planeas desayunar,pequeña..bueno, me voy. Portate bien porfavor- Se despidio sin mas, dejando a Maddie sola para poder ir al trabajo.

La chica revolvio sus cabellos azabache que caian en cascada hasta su cintura mientras se veia en el espejo. -¿Me lavare el cabello hoy? Nop. Me lo lave apenas anoche. - Suspiro. No habia real necesidad,¿o si? Se dirigio a su armario a sacar lo que usaria para ir a la escuela. Unos jeans viejos y una camiseta sencilla harian el conjunto perfecto. Saco tambien sus Converse morados, sucios, la verdad es que " No les hace falta nada para verse bien" decia Maddie, excusando el hecho de que, desde que los habia comprado dos años atras, no los habia lavado. Su cabello no tenia que arreglarlo. Lo unico de su persona que le gustaba era su cabello. Negro, lo suficientemente sedoso y liso como para que no se enredara mucho. Se puso sus gafas y sonrio al espejo. Le devolvia la mirada una chica algo baja para su edad,delgada,ojos grises y de piel palida.

Salio de la habitacion dirigiendose a la cocina, sacando de la estanteria los cereales de colores organicos que su madre se empeñaba en comprarle. Los sirvio en un plato y les agrego leche. Se llevo el desayuno a la mesa, tomo uno de los libros de la mesita de noche que habia a un lado y se dispuso a leer "Harry Potter y el prisionero de Azkaban" mientras comia esos cereales tan asquerosos. La cancion de el tono de llamada entrante interrumpio el momento en el que Harry y sus amigos llegaban al tren que los llevaria a Hogwarts. Era un numero desconocido. -¿Diga?- contesto, con la boca aun llena. -¿Es usted la hija de la señora Susette Aubry?- Algo dentro de ella se congelo, una mano invisible apreto su corazon. - ¿Que sucede con mamá? ¿Esta bien? - Su corazon comenzo a palpitarle fuertemente -Ella se encuentra en el hospital. Sufrio un accidente. - El mundo se detuvo, su mano cayo a su costado, soltando el telefono y dejando que rodara por la alfombra. Se levanto de golpe. Tomo su libro, lo metio a su bolsa y se dirigio a la puerta para irse al hospital, no sin antes recoger el telefono, pidiendole disculpas, como acostumbraba siempre que se le caia.

No supo ni como pudo llegar ahi, pero ya se encontraba en las puertas de aquel edificio blanco y grande, que despedia un olor de alcohol y medicinas. Entro y se dirigio a la sala de urgencias, donde se topo con una enfermera. -¿Te puedo ayudar en algo? - Su sonrisa era pacifica, pero se notaba un poco cansada. -Mi ma-madre, Susette Au-Aubry - Fue lo que consiguio decir. La mirada de la enfermera se lleno de comprension y dirigio sus ojos esmeralda a una carpeta que llevaba en los brazos - Oh, si..ella esta en la cama 22, no te preocupes, esta estable. Acompañame.- Dejo que Maddie se adelantara a el area donde estaban las camas, luego apunto hacia una cama al fondo, donde una golpeada mujer se recostaba, volteando a su direccion y sonriendo. -Mi niña - Dijo su madre, mientras alzaba su mano derecha para poder tocar la mejilla humeda de su hija - ¿Que sucedio? -Maddie estaba temblando -Oh, alguien que llevaba mas prisa que yo me..- una mueca de dolor atraveso ese rostro -Mami, no-no te esfuerzes..- La mujer sonrio negando levemente - Mi niña, no fuiste al cole- dijo con voz cariñosa, aunque un poco baja por el dolor -No es como si no tuviera ausencias ma'- Su madre fruncio el ceño, y con un debil puño le golpeo el hombro -No es verdad, madre..no tengo ni una sola faltilla - Maddie sonrio, era bueno ver a su madre asi ,de buen humor¿cierto? -Esta bien que te quedes a acompañarme hoy, pero mañana te iras al cole ¿Entendido?- Maddie solo asintio y tomo la mano de su madre, y no la solto hasta caida la noche. Las enfermeras le dijeron que su madre habia salido de peligro y que habia oportunidad de moverla a un cuarto privado mientras se mejoraba para poder darla de alta. La subieron al piso 7 en la habitacion 77 esa misma noche.

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-¿Maddie?- La voz de su madre la llamo desde la cama del cuarto, mientras ella leia en un sillon que estaba al lado su libro. -¿Que sucede? - Se acerco, poniendose de pie y acercandose -Es hora de que te vayas a casa, mi amor. ¿Puedes hacer eso por mi? - Su voz sonaba cansada. - ¿Estas segura que estaras bien? - Su mamá sonrio y asintio levemente. Maddie tomo su bolso y metio en el su libro, se despidio de su madre prometiendole regresar a primera hora mañana, recibiendo una reprimienda pues ella habia prometido ir a la escuela ese siguiente dia.

Maddie se subio a un Taxi para que la llevara a casa. Apenas llego, se dio una ducha para despues cenar algo e irse a dormir. Sin saber cuanto habia dormido, la cancion de llamada entrante la desperto subitamente. Palmeo su cama buscando el movil. Lo que escucho la destrozo por completo, su cara se desfiguro en una mueca de dolor. Su garganta se desgarro en un lamento triste.

Y esque, aveces, la vida puede terminarse asi, en un solo dia, justo como los libros que Madeleine leia.