Capítulo 1 {La locura está en mi}

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Para que puedas comprender mi historia,primero,te la tengo que contar desde el principio.
Todo empezó cuando yo tenía nueve años.Mis padres aún me querian,y me iba bastante bien en el colegio.(Notese el sarcasmo).No tenía amigos porque todos decían que era rara,y no me querian tener cerca.
El único que me comprendía,era mi profesor de música.Él siempre me ayudaba en todo hasta que llegó un día que núnca olvidaré.Lo que recuerdo,es que las paredes del sótano de aquel colegio,vieron todo lo que el señor Williams me hizo.
Mis problemas mentales,no empezaron ahí.Yo nací con muy poca cordura,y la que tenía,se esfumó cuando él hizo lo que hizo.
Ese no era el único incombeniente que tenía.Todos los niños de mi clase, se metían conmigo.Decían que yo no era como ellos.
Toda mi vida he estado callandome todos mis problemas e inseguridades, pero ahora,es todo muy diferente.
Soy muy popular,pero no dejo que nadie se acerque a mi para ser cariñoso.No quiero cogerle cariño a ninguna persona.

En la actualidad.

Estoy sentada en mi sitio de siempre. Intentando poner la más mínima atención para que me echen de clase.
-Señorita Smith,¿puede poner un poco de atención en lo que estoy explicando?-me dice la profesora.
-Pues...no.-le respondo automáticamente.
Ella me hace una señal para que salga de la clase,y eso hago.
Corro hacia el baño de chicas y cierro la puerta con seguro.
Saco de mi mochila un mechero,un cuchillo de cocina de gran tamaño, una botella con gasolina y un barra labial de color rojo oscuro.En el espejo,escribo:"Mi juego,mis cartas."
Me voy corriendo hacia la puerta de mi clase y rocío la gasolina.Enciendo el mechero y dejo que el fuego haga su magia.
Solo me falta una cosa por hacer.Me dirijo a paso lento hacia el despacho del director.
-Pasa.-dice Mark al oír que doy unos suaves golpecitos en la puerta.
Entro con el cuchillo escondido en mi bota izquierda.
-Hola,director.Solo venía a decirle que me han sido de gran ayuda sus lecciones.Ahora,se lo tengo que agradecer.-le digo con una gran sonrisa.
-Vaya,que sorpresa.¿Me vas a dar un regalo,Eliza?-me pregunta.
-Pues claro.-con un movimiento rápido,cojo el cuchillo y se lo clavo en el cuello.-Espero que le guste.
El olor a humo cada vez es más insoportable.Toso un par de veces antes de intentar abrir la puerta del despacho,pero está cerrada.El muy hijo de puta la ha cerrado.
Agarro el cuchillo con todas mis fuerzas y lo lanzo hacia la ventana.
Estoy en un tercer piso,pero si sigo aquí,moriré o bien quemada,o intoxicada por el humo.
Me subo el cuello de la chaqueta por encima de la nariz mientras observo el cristál de la ventana hecho añicos.
Miro hacia abajo y una rafaga de viento helado,pasa a mi lado haciendo que el pelo se me ponga por delante de la cara.
Me siento en el marco de la ventana con medio cuerpo fuera y me lo pienso dos veces.El fuego aún no ha llegado al despacho.Será mejor que espere a que lleguen los bomberos.
Cuando me voy a dar la vuelta para volver a meterme en el cuarto,unas manos me empujan con fuerza al vacío.Lo último que consigo ver,es un gran charco de sangre rodeandome y a un chico mirándome desde la ventana rota.Su cara,aúnque la vea borrosa,me suena muchísimo.Creo que es...

Mi próxima jugadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora