Los comienzos

La carta que pedia un nuevo comienzo

Aaron era un chico al que la vida siempre le había sonreído. Pertenecía una familia con un buen estatus social, no era el mas rico pero si lo suficiente como para vivir despreocupadamente.

Una vez hubo terminado el instituto se metió a estudiar la carrera de derecho. Todas las mañanas se sentaba en el mismo sitio para desayunar y allí la observaba a ella.

Era una chica de la facultad de psicología. Era morena con el pelo corto y los ojos color miel. Los labios no muy gruesos y con piel tostada. La chica era pequeña y bajita aunque bastante bien proporcionada en lo que a su cuerpo se refiere.

Todas las mañanas era igual. El la observaba de lejos tímidamente mientras desayunaba y nunca se atrevió a decirle nada. Algunas veces se lo había propuesto pero era algo inseguro como para hacerlo. Precisamente fue ese el motivo que le llevo a estudiar derecho, tenia que aprender a ser mas seguro de si mismo.

Un día decidió acercarse a ella por fin. Hablaron durante un tiempo y quedaron al día siguiente para desayunar otra vez. Desde entonces quedan todos los días para desayunar. En uno de estos desayunos la chica le cuenta que le gusta leer, escribir y dibujar. Que esta en clase de canto y que en sus ratos libres estudia idiomas.

La chica se llama Ana y procede de una familia de la cual es la mayor de 7 hermanos y huérfana de madre. Desde pequeña ella se convirtió en la madre de sus hermanas. A diferencia de Aaron ella había tenido una vida llena de dificultades.

Ambos se hicieron muy buenos amigos y ella decidió que ya era hora de presentarle a su novio Ángel. Cuando Aaron se entero de que tenia novio se hundió. Se había conseguido acercar a la chica para encontrarse con que no podían ser mas que amigos.

Aaron guardo sus sentimientos y se convirtió en un simple amigo. Se hizo amigo de Ángel también pero aun seguía sintiendo un cariño muy profundo hacia Ana. Por el momento se conformo con formar parte de su vida.

Ángel se fue a la guerra durante unos meses en los cuales encargo a su amigo que estuviese pendiente de Ana, de sus estudios, de sus hermanos... Que la protegiera y que no la dejara estar triste, que le sacara todas las sonrisas que pudiese.

Aunque Ana y Aaron fueran solo amigos siempre había existido cierta atracción entre ellos, aunque debido a que la chica estaba con Ángel nunca había pasado nada. Ahora Ángel no estaba.

Estaban en lo que ellos llamaban el búnker. Era un lugar cerrado sin distracciones que ambos usaban para estudiar.

Los chicos se pusieron a estudiar juntos cada uno le preguntaba al otro después de un rato pero terminaron saturados y se pusieron a comentar aquello que compartían: su pasión por los libros.

A Aaron le fascinaba la pasión con la que ella hablaba de las historias y de como las vivía, como cada narración era una nueva aventura que vivir. El chico se dejo llevar por la emoción del momento y la beso.

Al principio Ana le respondió el beso. La atracción entre ellos era innegable sin embargo ella estaba enamorada de Ángel así que se aparto en seguida avergonzada.

-Esto... Esta mal... No puede ser.

La chica salio del búnker. Ella también se sentía atraída por el, lo había sentido por la forma en la que le había respondido el beso y lo que le había costado separarse de el. Pero la atracción no era suficiente.

En las siguientes semanas ella estuvo evitándolo y Ángel volvió de cumplir su servicio militar. Ana le contó lo que había pasado y un día a la hora del almuerzo en el campus de la universidad.

-Creía que eramos amigos.- empezó a decir- Te dije que la cuidarás NO QUE INTENTARAS NADA CON ELLA. RESPETA QUE ELLA ESTA CONMIGO MALDITA SEA... Y tu te haces llamas mi amigo.- dijo con desprecio.

Aaron con tal de evitar mas broncas decidió alejarse de ellos.

-Lo siento... No quería que esto terminara así... Yo... No tendrás mas problemas conmigo lo prometo.

-Mas te vale.

Aaron se alejo de allí pensó en su familia, en su madre y en sus amigos y en hacerles una visita antes de llevar a cabo lo que quería hacer. Había dejado los estudios debido a todo lo ocurrido, tampoco tenia la amistad de sus amigos, solo le quedaba ir a despedirse de aquellos que le esperaban en el pueblo pero no tenia fuerzas para eso así que decidió escribirle unas cartas.

En ellas les explicaban la situación que acababa de vivir y lo perdido y solo que se sentía. Un vacío inundaba su pecho y no quería seguir viviendo. Le pidió al encargado del hostal que mañana a una hora concreta iba a estar en la orilla de la playa y que necesitaba que le recogiera (se refería a que recogiera su cuerpo después de meterse en el mar para ahogarse)

Lo que no sabia Aaron es que alguien en el hostal había observado todos sus movimientos. Era una chica cuya habitación era la de al lado del chico y había escuchado como recitaba todas las cartas que había escrito a su familia explicando con pelos y señales todo lo ocurridos en esos meses atrás.

La misteriosa chica le dejo una carta en su mesilla antes de que Aaron entrara en su habitación.

La carta decía así.

" Querido Aaron:
Quiero decirte que conozco tus intenciones. Sé que quieres hacer y también los motivos que defiendes para llegar a tal extremo, sin embargo he de decir que no comparto éstos.
Sé muy bien como te sientes, el amor de Ana es a todo lo que aspiras ahora mismo, es tu prioridad y cuando te parece que ella es... inalcanzable, por así decirlo. Sientes un gran vacío que se apodera de tu pecho y te replanteas que sentido tiene todo, piensas en como puede seguir tu vida sin ella y en tu caso has elegido el suicidio.
Permiteme que te cuente una historia. No te quitaré mucho tiempo, solo el que tardes en leer estas lineas.
Hace algún tiempo, una chica inteligente, buena, autosuficiente, una chica que por donde pasaba iluminaba a todo el que la viera. Todos la querían. Siempre iba con una sonrisa y la cabeza bien alta.
Un día conoció a un chico del que se enamoro de inmediato. No fue por su atractivo físico (que también) sino por su inteligencia y su seguridad en si mismo. Ambos se llevaban genial y se compenetraban de una forma perfecta.
Ella se ilusionó pero de momento le bastaba con simplemente estar en su vida... Hasta que un día el chico confeso que estaba enamorado de otra persona. A la chica se le cayó el alma a los pies. Solo queria desaparecer.
Conforme pasaban las semanas las cosas empeoraban. El vacío en su pecho se hacia cada vez mas insoportable, su mente era un revoltijo de pensamientos que no podía callar y que no paraban de torturarla.
Ya no sonreía y todos estaban preocupados por ella. La luz de su mirada había desaparecido.
La chica subió a un acantilado y miro el mar con los ojos llorosos, dolida y sin encontrar sentido a la vida. Alzo la cabeza para mirar a su alrededor y ver el hermoso paisaje antes de cerrar sus ojos para siempre.
La chica se acercó al acantilado dispuesta a tirarse cuando una mano cogió su brazo... Al abrir los ojos se encontró con los ojos llorosos y furiosos de su hermana pequeña que dijo "me prometiste que tu nunca te irias" y entonces entendió todo o mejor dicho, entendí todo. Sí, yo era esa chica y te diré lo que vi en aquellos ojos querido amigo.
Vi su desesperación, vi que muriendo mataría una parte de aquella niña, ya que hay una parte de mí en cada persona que me quiere. Querido Aaron si te matas, mataras a tu seres queridos. Serán ellos los que sientan dolor por tu ausencia. Aquella niña me reto, sabes?
Me reto a vivir, porque el suicidio era la alternativa mas fácil. Así que acepte su reto y creeme si te digo que valió la pena aceptarlo.
Ahora lo ves todo negro pero las cosas cambiaran. No mañana ni pasado, pero lo harán. Nunca sabes que te deparara el futuro y al igual que mi hermana me reto en su momento, te reto a ti hoy.
Te reto a vivir una nueva aventura. Te reto a que disfrutes cada momento, cada detalle... Te reto a que te vuelvas a enamorar en un futuro. Querido amigo, te reto a que busques el camino que te lleve a la felicidad. Es mas, te reto a encontrarme"

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Nt: con este final quiero dar entrada a un nuevo principio en la vida de Aaron. Espero que os guste :3