A long time ago

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Hace mucho tiempo me encontraba en el patio de casa jugando. Por aquella época vivía solo con mi madre en una acogedora casita, en California.

Siempre me sentí solo, me sentí triste. No tengo muchos amigos, solamente tres, aunque solamente veo a uno diariamente. La mayoría de las veces los chicos me ignoran, pero no sé por qué.

Yo ya había cumplido los 13 años y estaba entrando en esa etapa que los padres odian, porque nos ponemos como pavos. Pero también era una linda edad porque empezaba a interesarme en las chicas.

Una tarde de primavera, fue el día que me cambió la vida completamente, vi a una chica que me dejo sin aliento. Desde ese momento no me la pude sacar de la cabeza, me sentía muy feliz por primera vez en la vida.

Yo era un poco tímido, pero Ronald, ese amigo que veía a diario, me convenció de que le hablara y la invitara a salir. Decidí hacerle caso, porque en verdad me gustaba.

Un 20 de noviembre, una semana después de mi cumpleaños, cruce hacía la plaza de en frente de mi casa, para poder encontrar a esta chica. Había mucha gente a mí alrededor, pero parecía como si yo fuera invisible, ya que nadie me miraba a los ojos, o me invitaba a jugar. Mientras caminaba, mirando a las personas, me choque repentinamente con alguien y caímos. Levanté la mirada, y para mi grata sorpresa, era ella.

Al principio el momento se volvió algo incómodo, pero luego le hablé. Me dijo que se llamaba Jennifer. Respire profundo, me hice de coraje y la invite a salir, estaba muy nervioso y me corazón latía con mucha fuerza, hasta que finalmente, después de una larga espera para mí, oí un Sí. Me despedí y salí corriendo muy feliz hacia mi casa para contarle a mi mama la gran noticia.

Eufórico comencé a contarle a mi madre todo lo que había pasado, aunque algo en su rostro me decía que no estaba muy convencida, aunque finalmente acepto.

Al otro día, tomamos un helado en los columpios, y charlamos durante varias horas.

Meses más tarde nuestra relación se volvió más seria; éramos novios. Nos llevábamos muy bien y lo que más me gustaba de ella, era su sonrisa, porque hacía que mis emociones exploten.

Mi madre siempre me decía, Josh no hables con personas que no te miren a los ojos, porque puede ser muy peligroso. Toda mi vida le hice caso...pero, porqué me impedía hablar con personas. No sabía por qué, pero un día decidí hablarle a una, ya que realmente quería saber que era lo tan peligroso que mi madre me impedía que hiciera. Esta mujer a la que decidí dirigirle la palabra, era morocha de ojos verdes y se encontraba sentada en un banco de la plaza. Me acerqué y la salude, pero ni siquiera se volteó a mirarme, ni se movió. Entonces la toqué y mi mano traspaso su mano.

Mis pensamientos dieron un vuelco, mi cabeza se lleno de preguntas sin respuestas, no podía comprender lo que acababa de ver, cómo podía ser posible algo así.

Estaba muy enojado, necesitaba hablar con alguien sobre lo ocurrido, pensé en ir a ver a mi madre pero en el estado en el que me encontraba era mejor calmarme primero. Decidí ir a la casa de Jen y contarle, ella me entendería. Mientras le contaba, en su cara se veía una gran angustia y se notaba que me comprendía. Ella me respondió que no era algo que ella me podía explicar, que tenía que preguntarle a mi madre, lo único importante que me dijo Jen, es que tuviera mucho cuidado, ya que había personas que me podían hacer mucho daño.

Arribando a mi casa, vislumbre algo que no estaba bien. Entre en mi hogar, estaba todo tirado por el suelo, no sabía que había pasado. Recorriendo el pasillo en busca de mi madre, vi sangre que salía por debajo de la puerta. Me detuve un instante, tomé aire y abrí la puerta. Atónito vi a mi madre en el suelo, estaba respirando con dificultad, corrí hacía ella y la sostuve en mis brazos. Ella me dijo, con sus últimas fuerzas , que fuera a buscar a un hombre llamado Finnick a Madrid, España y que allí iba a encontrar la respuesta. Mi madre respiró por última vez, puse mis dedos sobre sus párpados y cerré sus ojos para siempre.

Un seis de diciembre, luego de haber encontrado al hombre y que me diera una dirección, estaba con mi novia en la puerta de un lugar al que nadie le gusta ir y menos de noche. La miré a ella y le comenté, con lágrimas en los ojos, que no podía ser posible...

Su respuesta fue: -Sí


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⏰ Última actualización: Sep 23, 2015 ⏰

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Hace mucho tiempo (Joshifer)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora