Nicoles Jones, una chica de tan solo 14 Años, ojos grises, grandes, más o menos baja de porte, y delgada. Su cabello largo, y negro, con las puntas entre rosadas y moradas. vive con su padre, y madre.
-¡Nicooles!, ¡Nicoles! Despierta, debes ir a la escuela.- Su madre movía a Nicoles, pero, no había reacción en sí. -¡NICOLES JONES, DESPIERTA EN ÉSTE INSTANTE.-
-¡Ah! ¿¡Qué!? ¡YO NO ROBÉ EL PAVO CON TANGA, LO JURO!.- Se despertó de golpe, y vio a su mamá. -Ah... Hola, mamá... ¿Y papá? - Le lanzó una sonrisa angelical.
-¡Nada de hola mamá, y vistete, que debes ir a la escuela niña!.- Dicho esto, bajó las escaleras, hacía la cocina dejando a Nicoles sola.
Nicoles empezó a susurrar, con voz burlona. -Uy, uy, anda a la escuela, niña, ay sí, ay sí, ¡no debo ir a esa cárcel, disfrazada de "Escuela" Demonio reencarnado en ser humano! ¡Ojalá venga Smile Dog y haga en la alfombra, haber si te gusta! Bailaré arriba de tu tumba, ¡lo prometo!-.
Después la chica se vistió rápidamente de su uniforme, que era una falda a cuadros, rallas, remanente no se entendía. Entre eso, era color entre, rojo, verde, negro, y un poco de blanco. La falda era más o menos corta. De arriba, era una blusa blanca, con un chaleco de color negro, y una corbata blanca y negra. Sus zapatos color azul marino, con cordones, y un poco altos. Fue a la cocina para ver a su madre.
-Hmmm.- Bajando la escaleras aspiró ese bello aroma. -Huele muy rico. ¿Qué haces?-. Le pregunto.
-Bistec, con papas fritas, y arroz.- Le respondió cortante.
Nicoles se sentó en la mesa. Prendió su celular, y vio la hora. -¡Son las 5, y me voy a las 6! ¿En cuánto más estará listo?-. Preguntó exaltada.
-Más o menos, una hora.- Le dijo su madre.
Nicoles se puso más nerviosa de lo que estaba. -¡Imposible! Solo un- huevo con arroz, me compro algo estando allá. -
-Bueno.- Dijo su madre. -Pero esperate-. Puso los huevos en el sartén a coser.
Nicoles estaba esperando, muy, muy aburrida, así que, decidió cantar bajo. -...Got A Secret, Can You Keep It... ¿¡Mamá, está listo!?-. Gritó.
-¡No me tienes que gritar, no estoy sorda, estamos al lado!- Le puso la comida en la mesa. -Más vale que comas todo.-
-Tsk. Bueno, bueno.- Empezó a comer apresurada, al punto de llegar casi a atragantarse hasta que terminó de comer. -Listo, me me voy, bye, adiós, mamá. - Se paró, tomó su mochila, empujó la silla hacía atrás, casi haciendo que ésta se caiga, le dio un beso a su madre en la mejilla, y abrió la puerta. -¡Nos vamos más tarde, Sayonara!-. Le dijo, casi gritando, despidiéndose con la mano, cerrando la puerta.-
-Adiós... Hija...- Quedó asombrada por lo apurada, y rápida que estaba Nicoles.
-Okey...- Miró la hora. -Relajate Nicoles, queda tiempo, queda tiempo. ¿Eh?.- Mientras caminaba, había una casa donde estaba la policía. -¿Por qué estarán? Iré a ver, no pierdo nada-. Pensó entre sí, dirigiéndose a aquella casa. Se inclinó un poco, entre tanta gente, no alcanzaba a ver. -¿¡Eh!? ¿¡Un asesinato en plena casa!?-. Gritó en su propia mente. -¡A la mierdª, yo me voy, conchatumªr3!.- [Censura por aquí, censura por allá, una censura a ti te pondrán (? Aunque, no sé si censurar, o dejarlo así, por así. ]
Nicoles, se retiró, casi corriendo del lugar. No estaría más allí ni un putho segundo más. -No me agradaría "Conocer" Al asesino-.
Seguía hablándose a ella sola, cuando llegó a la parada del micro. Se subió a éste, y se puso sus audífonos, para escuchar música. Esperó un buen rato, hasta llegar a la escuela y bajar.
-Oh, vamos... Hay vienen los "Asesinos Negros".- Pensó Nicoles.
-Hola, Nicoles. ¿Cómo estás, nena?-.
Se acercó un chico de cabello rubio, ojos verdes, y blanco. Era demasiado tirado con Nicoles. Le gustaba. Atrás estaban dos chicos. Uno blanco, cabello desordenado, negro, un mechón le tapaba el ojo, y estos eran cafés, con su piel blanca, y delgado. Se llamaba Alexy. El otro era peli-café, más o menos desordenado también. Ojos de color verdes. Traía en sus orejas unos audífonos, tipo de cuando hablas por Skype, o eso. Igual era delgado, como todos. Su nombre era Martín.
-Agh... ¿Ahora qué quieres, Bratt?.- Le dije fría, y seriamente.
-¿Por qué no...?-. Éste estiró su brazo hacía Nicoles, llevándola hasta a la pared de un rincón. -¿Un beso?- Le sonrió pícaramente.
Nicoles estaba acorralada. -¡Ni en tus sueños, estúpido!.- Le dio una bofetada, botandolo al suelo.
-¡¡Dios!!-. Se sobo el cachete, donde lo habían golpeado. -¡¡Pagarás por esto!!. ¡¡Alexy, golpeala!! ¡¡Ahora!!.- Se paró del suelo enfurecido.
Alexy se acercó a Nicoles, tirándose su mechón hacía atrás para que no le tapará la cara, pero, de todos modos lo hacía. Nicoles tenía los ojos cristalizados. Alexy se acercó, la miró a los ojos, suspiró, y le susurró. -Lo siento...- Le golpeó la cara, tirándola al suelo, haciendo que sangre.
-¡¡De... Desgraciados!!-. Exclamó Nicoles, tirada allí sangrando.
-Esto apenas comienza.- Dijo Bratt. -Solo fue el principi...-
Había tocado la campana para entrar a clases.
-¡¡Bien!! ¡¡Esto no se quedará así!! - Gritó Bratt, atrayendo algunas miradas. A éste no le importó.
Nicoles se paró apenas, viendo como Bratt, Alexy, y Martín se iban. -Detestables...- Tomó su mochila y caminó a la sala. Tocó la puerta.
-¡Pase!-. Dijo la profesora.
-Permiso.- Entró Nicoles. -Lo siento el atraso-. Pasó, dejó su mochila en la silla y se sentó.
-Que no se repita. ¿Por qué esos moretones?- Preguntó la profesora, viendo a Nicoles.
Las miradas se dirigieron a Nicoles, como las de Bratt, y los demás. Esperaban una buena respuesta. -Me caí de las escaleras... Sí... ¡Por eso me atrase en llegar!.- Las miradas dejaron a Nicoles en paz, y ésta se sintió mejor.-——————————————————
Ésta es mi nueva historia, espero que les guste. *^*
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•«De La Cordura, A La Locura Hay Solo Un Paso»•
Nezařaditelné★No hay descripción. Solo debes leer el libro, y verás que De la Cordura, a la Locura hay solo un paso★.