Jordan Parrish no se considera a sí mismo una persona muy curiosa, él es feliz sabiendo lo básico y lo que los demás le quieren compartir, intenta no ser imprudente y tampoco meterse donde no le llaman pero obviamente en esta vida no se puede obtener todo lo que quieres ni tampoco puedes cumplir con el prototipo de Tipo Ideal.
Ni siquiera puede decir que se acerca a ese prototipo pero lo intenta y un buen intento debe valer mucho o eso consideraba hasta que se enteró de algo que era obvio.
El Sheriff Stilinski, su jefe, tiene un hijo. No es un crio de cinco años ruidoso que anda de un lado a otro incordiando a las personas, tampoco es un adulto casado con panza cervecera que irrumpe las leyes cada vez que puede, tampoco es un adolescente tatuado con complejo de celebridad, es un adolescente.
Fin de la historia.
Un joven adolescente de diecisiete con extremidades largas y torneadas, un par de ojos siempre escondidos tras sus lentes de pasta y un obvio amor por las camisetas de cuadros en todas sus presentaciones.
No es nada del otro mundo, aunque mentiría si dice que no le pareció atractivo en el momento en que lo vio sentado frente al escritorio de su jefe con un libro en sus manos y una taza de café humeante frente a él. Incluso su nariz le pareció bonita, como fuera de los estándares pero a la vez tan lejos de lo común que no pudo evitar mirarlo dos veces seguidas.
Es ridículo pero es la verdad y la otra verdad es que tal vez haya pensado que es un poco más maduro de lo que debería ser. Le lleva comida libre de grasa a su padre, tiene excelentes calificaciones y en sus tardes libres vive en la biblioteca o en la veterinaria de voluntario.
Un ángel en disfraz.
No supo su nombre hasta diez días después de que lo vio por primera vez. Fue algo torpe la forma en la que su jefe los presentó diciendo un leve ''Él es mi hijo, Stiles'', como si esperara que una bomba explotara en ese mismo instante.
Obviamente no pasó nada, ni ese día ni ningún otro. Stiles solo entraba a la comisaría soltando un 'buenas tardes' y se iba deseando una 'buena noche' a todos en general. Era amable, sonreía siempre y hablaba tres idiomas.
Inglés, polaco y latín, incluso un poco de francés. Nadie habría podido juzgarlo si hubiera dicho algo acerca de su leve enamoramiento, Stiles era un buen chico, un chico perfecto menor de edad.
Ahora comprendía la dedicación que le daba el Sheriff y porque tenía tres fotos suyas en su oficina. Cualquier padre estaría orgulloso de un niño como ese, sobre todo si el niño lo hacía por iniciativa propia y no porque alguien lo obligara.
Antes de darse cuenta se estaba enamorando sin haberlo planeado y sin tampoco haber cruzado una sola palabra con él hasta que todo se fue al garete.
El niño al que había visto en la tienda de antigüedades comprando dos tomos antiguos estaba ligeramente relacionado con Derek Hale y no lo supo porque alguien se lo hubiera dicho, lo supo porque cuando esposó su mano a la banca de dicho ''delincuente'' apareció Stiles justo detrás de él.
-¿Qué hizo? -Preguntó de forma curiosa.
-No creo que debas saber -Respondió Parrish guardándose la llave en la bolsa del pantalón.
-Bien -Stiles se alejó de los dos y tras tres minutos en los que estuvo hablando con su padre el mismísimo Sheriff se acercó a Parrish y le pidió que lo dejara libre. Stiles salió por la puerta sin ver a nadie y se alejó.
-Pero la evidencia dice que... -Empezó tratando de hacer entrar en razón a su jefe, no importaba que su hijo fuera más bueno que la nutella en pan tostado por la mañana, Hale si estaba vinculado a la explosión de la antigua mina que acabó con dos hombres muertos.
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Good boy, Bad boy (Sterek)
FanfictionStiles es un chico inocente y ejemplar o Parrish simplemente no lo ha conocido bien.