De regreso a casa

19 1 0
                                    

Me encontraba girando el guía de la Av principal del apartado de mi casa, cuando recuerdo que debo la renta pero me da pereza ir a pagarla. Mil veces me he dicho a mí mismo que el otro mes voy a tiempo pero siempre termino en la misma.

Aparco, y un momento miro a mi alrededor y me doy cuenta de lo solo que estoy en el vecindario, mis vecinos no están.
Entro a mi casa y solo me detengo un momento a suspirar ese olor a paredes frescas y blancas con sabor a nuevo. Soy así, me gusta lo ordenado, lo limpio, lo intenso, no tengo esposa ni tampoco novia, no creo en el amor de dos, ni de tres, ni de cuatro, anyways. Lo mío siempre será estar solo porque así lo deseo, el resto de nuestras vidas nos lo pasamos buscando ese "alguien" que nunca llegará, y si crees que llegó, pues es MENTIRA, es solo una pantalla de corazones.

Mi vida gira en torno a mí, y a nadie más. Mi madre se fue a USA con mis dos hermanitas y mi padre no sé dónde está, ella siempre tan peculiar en sus cosas.

-Aaahhjj, mamá...

Voy a la cocina por un vaso de jugo, abro la despensa y cojo un vaso de cristal húmedo.

-¿Por qué estará húmedo?

-Porque yo lo he fregado.

Siento que el corazón se detiene en ese mismo instante, una voz femenina cerca de mis espaldas en la cocina me sorprende...
Poco a poco voy volteándome y sin mucho mirar sonó veo su pelo riso y su piel como papel de blanca... Briyette.

-¡Briyette! ¡¿Cómo te atreves?! ¡¿Qué haces aquí, psicópata?! Casi me matas de un susto.

-Necesitaba verte.

-¿Para qué? Tú y yo no tuvimos nada, no tenemos nada, y nunca pasará. O al menos que quieras sexo por una noche, vamos a mi recámara.

-¡Ellit! Sabes que siempre he estado en tu vida y nunca me has aceptado.

-Nadie está en mi vida Briyette, ahora vete o te echo a patadas.

Ella camina por el pasillo, abre la puerta principal, con un movimiento exagerado me mira con ojos de despresio y sensualidad, ahora solo cierra la puerta y camina sin rumbo.

Briyette es una "amiga" que conocí en Brigdesinc, una compañía socia con la mía de informáticos e ingenieros computacionales, ella desde el día que me vio dijo que yo era de ella.

-Jajajá, pero, ¡por favor! Que se ubique.

No busco a alguien, solo intento mantenerme lo mejor posible sin la vista de una persona.

Mi vida se complementa con las ropas, música, mi violín, dinero.

-Mi violín...

Todo el mundo necesita un poco de amor, pero yo no, así vivo y así viviré siempre, tal vez mi media naranja no exista o quizás esta persona con el cual pueda compartir mi vida no esté aquí, o tal vez nunca nos conozcamos. Así es mi vida, insierta, en un mundo de constante cambios, pero vivo a gusto.

Me harto de pasar cinco horas seguidas leyendo, ordenando, comiendo, viendo una película.
Me dirijo a mi cuarto, abro el closet y elijo una de mis ropas exclusivas para diario, ese pantalón de pijamas que enloquece a las mujeres y ese suéter blanco tan peculiar de mi parte. Para tener 22 años, alto, fuerte, cara delgada con barba y apretadas mandíbulas, no luzco mal. Me doy un baño y conduzco hasta el hiper más cerca, aparco y me desmonto del Audi. Cierro la puerta en cuanto veo malos ojos hacia este y me dirijo a lo que fui, a hacer mi compra.

Voy por los pasillos de este viendo parejas agarradas de la mano, besándose, abrazados y de momento veo mi mano bastante blanca y sola, con sensación de que también esa persona se sentirá así. Realmente quisiera encontrar el amor, pero sé que existen copias de las cosas, y en este caso el amor se murió. Hago lo que voy a hacer y voy al cajero.

-Señor, ¿cómo desea pagar?

-Mi card, señorita.

Le paso mi targeta de crédito y veo lo nerviosa que se pone ya que no aparto mi vista de ella, le clavo la mirada a sus ojos intimidándola, no luce mal, ella me gusta, tiene un perfil perfecto y una dulce voz.

-¿Cómo te llamas?

Le pregunto sin apartar mis ojos de ella.

-Soy Aimee, ¿y tú?

-Lindo nombre, y linda dama; hasta luego.

Salgo del hiper a toda prisa, solo de pensar que ese nena me gustaba, ¡pero estoy loco es!

Nadie puede gustarme como pareja, estoy destinado a vivir solo.

Voy a casa y su sonrisa de nerviosa se me queda plasmada en los ojos.

-Aimee... Maldición.

Me preparo un café y con la taza en manos me dirijo al dormitorio ya que el reloj marca las 7:00 PM. Me siento en mi cama y poco a poco siento cómo el cansancio me consume por completo haciéndome caer en ella, y no reaccionando de un sueño profundo en el cual quedé.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 25, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Por el frío de tus labiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora