Capitulo 1

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<<No se puede luchar una batalla pérdida>>

Aquel había sido mi único pensamiento durante los últimos tres meses y aun así, no lograba aceptar mi propia idea.

Después de todo lo ocurrido, no era capaz de sepultar aquel sentimiento y de igual manera me resultaba imposible decirle a David la verdad, y es que era más sencillo mentirle a mi mejor amigo, que esconder el amor que sentía por Rachel.

Era un sentimiento que no se podía negar, tan poderoso y abstracto que parecía real; más cuando no eres el indicado es exactamente igual, pero culmina despedazando tu vida.

Algunos preferían insistir en el combate, a pesar de que sus caminos se compraban con campos minados.

En mi caso, luchar no era una opción, era un simple deseo masoquista.

Después de su anuncio de matrimonio mi situación careció de significado y en menos de lo que esperaba me encontraba ahí, casi estático, entorpecido como una marioneta en manos de un principiante, frente al Cristo del altar, vestido de traje junto al párroco, esperando por ella.

Mi corazón palpitaba fuertemente y sin esperarlo su bella silueta bloqueo la luz de la entrada. Entonces comprendí, definitivamente la victoria no era mía: las batallas pasivas no son válidas en el amor.

Me esforcé, di mi mejor sonrisa y al verla entrar mis ideas cobraron sentido, la respuesta a mis contradicciones era mi mejor amigo, David.

La luz de la entrada se bloqueó con su bella silueta y a pasos lentos entro a la capilla, sosteniendo entre sus manos un delicado ramo de lirios. La iluminación tenue del lugar eclipsaba su atuendo tornándolo miel, provocando una leve fusión del color con su piel. Su rostro angelical y su pose perfecta, la suave tonada que predicaba sus pasos. Me fue imposible no quedar maravillado, no comprendí que hacía un ángel desposando a mi amigo.

Me lo había repetido mil veces antes y esa no era la excepción <<¡Odiaba estar ahí!>>.

No quería verla a los ojos y saber que no era para mí, si desde el primer instante mi corazón había enloquecido por ella.

Sin interrupción alguna, luego de su espectacular entrada, el casamiento dio inicio.

Durante un breve momento los presentes permanecieron de pie, mientras el sacerdote dirigiéndose a los novios, realizó la lectura bíblica, posterior a esto emprendió con una seria de preguntas, cuya única y compartida respuesta fue <<Si, lo hacemos>>.

Prontamente se dio paso al momento central de la ceremonia, el instante más desleal de toda mi vida, una sonrisa en mi rostro fue suficiente prueba de aceptación sin contar que era el padrino y el mejor amigo del novio.

En fin, es entonces cuando David toma a Rachel por su mano derecha, y Rachel sostiene la suya, y juntos enuncian sus votos:

- Yo, David, te recibo a ti, Rachel, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte cada día de mi vida - Con una sonrisa pretenciosa en su rostro, añade una frase improvisada- Hoy te entrego a ti, mi corazón para siempre.

<< ¡Cursi! >>

- Yo, Rachel, te recibo a ti, David, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida - Con una sonrisa semejante, ella hace lo mismo - Hoy recibo tu corazón, con la intención de no abandonarlo y te entrego el mío por la eternidad.

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