Una chica que odia la monotonía y las horas exactas
sigue despierta a las cuatro y treinta y seis de la madrugada
se enciende un cigarrillo y cuenta, las horas que le quedan para mañana
se emborrachará como cada viernes, y el sábado saldrá de fiesta
se esforzará en romper esa rutina suya, que el lunes comenzará
Se encenderá otro cigarrillo en el que dejará
marcas rojas de pintalabios barato
mirará a la puerta cada semana, pensando que dejaría atrás
organizará una pequeña maleta, y el dinero de su cartera contará
y saldrá decidida por la puerta
pero como siempre algo pasará
volverá a meterse en casa, llorando sin lágrimas, muriendo de rabia
Leerá un libro para distraerse,
se creerá la protagonista, y de todo se verá capaz
pero eso... no sucederá
el insomnio la hará pensar
y tanto versos como prosas escribirá
cosas preciosas que escribe como si sangrase
Sin preguntarse si rimará.
Por la mañana madrugará, y con sus amigos reirá
Ella es un caos y siempre lo será
no se puede decir que sea desastrosa, porque ella en si es el desorden
pero la gente la acepta
A su alma gemela le contará
y con esta, sus más profundos sentimientos compartirá
llorará -esta vez con alguien- otra vez sin lágrimas
y el viernes se emborrachará, y el sábado saldrá
y durante sus insomnios, cigarrillos encenderá
Pero volverá a ser el desastre
dentro de su desastrosa vida
Y todos los días se preguntará
quién la echará de menos
quién la llamará
o quién la llorará, si esa misma tarde se va
Intentará desatar los nudos que la atan
Para que nadie si quiera la piense
y por último se preguntará
cuando reunirá el valor para saber
todas aquellas preguntas que se suele hacer.