Por siempre en ti.

Epilogo.

Hoy las voces comenzaban a resonar en mi cabeza, una y otra vez, con la potencia que nunca jamás lo habían hecho. Mi mente ordenaba una cosa pero ellas decían todo lo contrario, estaba en peligro lo sabía pero era la ultima opción que quedaba en la lista.

Tome una soga e hice un buen nudo, recuerdo haberlo aprendido en aquel curso de verano que me enviaban mis padres hasta los 13 años. Coloque la soga al rededor de una rama de aquel gran árbol.

Voy a extrañar esta vista, pensé.

Me senté por quince minutos admirando la vista mientras bebía una gran botella de vodka, nada mejor que morir con clase. A pesar de que vería este lugar por ultima vez no era por lo que me encontraba esperando si no que muy dentro de mi sabía que esperaba a que alguien me salvara, a que alguien simplemente viniera a mi rescate pero este sitio se veía igual de vacío como siempre.

Me cansé de esperar.

Subí a una caja vieja de madera. Coloque la soga alrededor de mi cuello, suspire y tome valor.

Adios, suspire.

Patee la caja con un pie, la soga comenzó a apretar mi cuello, dolía demasiado y el aire comenzaba a faltar. Los nervios me invadieron, esto paresia una eternidad aunque sabía que solo habían pasado unos pocos segundos.

Mi vida paso frente a mi por dos segundos, y al final de esa línea de mi vida apareció su rostro. Chris, mi pobre Chris. Seguro que me odiara por esto el resto de su vida pero yo... La vista comienza a ser cansada, todo era borroso y de repente se volvió negro. Ya no siento más dolor, las voces pararon, me sentía yo misma, me sentía... en paz.