Cuatro copas.

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Odiaba las fiestas de la universidad, toda la gente borracha, queriendo llamar la atención siendo alguien que no son. Sexo, humo, alcohol, chicas en minivestidos, vamos... un completo Skins.

–Apúrate, Yorg, ya llegaron por nosotros–me llama Marc, un amigo de la universidad que siempre me insiste a que vaya a estas fiestas, siempre falló excepto ahora, necesito un poquito de locura.

Cuando llego todo era justo como lo imaginaba, pero en cantidades más grandes; más humo, mal alcohol, más chicas...y más chicos. No tarda en acercase Lola, una tía muy buena con unos pechos increíbles insinuándose, siempre me ha coqueteado y una que otra vez cedí pero esta vez ella estaba muy borracha y no me aprovecharía.

Me escabullí como pude evitando sus piropos, me senté en la barra a por una cerveza, bueno, ya llevaba cinco, quería olvidar todo el rollo de la tesis. A mi lado se sienta Adil, un tío que va en tercer semestre de Comunicación Social, todo un pillo homosexual que tiene a más de una loca y a más de 10 locos.

–¿Cerveza? Vaya mierda–dice Adil quitándome el vaso rojo. –Tráeme una copa de whisky, por fa–le ordena al bartender.

–¿Qué te pasa, tío? –le grité por encima de la música, sentía que cada parte de mi cuerpo estaba empezando a despertar.

–Ahora te quejas, pero cuando lleves cuatro copas me pedirás más–me dijo al oído y no sabía exactamente qué quería decir con eso, en tal caso sería el bartender al que le pidiera más.

El alcohol empezó a quitarme la vergüenza y quería bailar, quería gritar, quería...sólo sé que ya llevaba tres copas y no quería ni esperar a la cuarta.

–Acompáñame–me propone este chico Adil y sin siquiera reaccionar, me llevaba de la mano hacia un carro rojo que supongo que era de él. Me monté y empezó a manejar, podría ser que me iba a matar pero no tenía el poder para reaccionar y sólo me quedé tranquilo con los ojos cerrados esperando a llegar a donde sea que íbamos.

En ese momento sentí una mano apretando mi pene por encima del pantalón, cuando abrí los ojos como platos estaba Adil con una mirada que disparaba lujuria.

–¿Q-qué haces? –tartamudeé atónito y sus manos empezaron a desabrochar mi pantalón.

–Quiero cogerte tanto–zanjó.

–No...no soy gay–dije intentando arrebatar sus manos de mi pene pero ya era muy tarde, la tenía muy dura y no quería parar, es el alcohol, estoy seguro, no soy gay.

–Si no lo fueras ya me hubieras pateado el culo–asegura esbozando una sonrisa. Me abrió la puerta para que bajase y nos dirigimos a lo que parece su casa, cuando estábamos ahí, me tumbé en el sofá intentando recuperar la compostura y aparece con otra copa de whisky.

–Salud...y que esta cuarta copa haga de esta noche la mejor–dice Adil y dejamos que ese maravilloso líquido inundara nuestras bocas.

Cuando intenté pararme, Adil me empujó otra vez hacia el sofá terminando de bajar mis pantalones y quitando mi bóxer, no quería que se detuviera, lo admito, estoy muy borracho. Llevó mi pene hacia su boca, chupándolo como si fuera una bom bom bum* y antes de que me viniera, besó mis labios con desesperación deshaciéndose de todas mis prendas.

Intenté quitar su camisa pero estaba muy excitado y mis manos temblaban entonces hizo el favor por mí, me llevó hasta una habitación enredando nuestras lenguas con devoción, me tumbó en la cama y continuó besándome.

–Mmmmh que ricó–susurré más excitado aún sintiendo como me besaba y jugueteaba con mi pene entre sus manos, no era justo, yo también quería tener su pene.

Me puse encima de él y comencé besando su abdomen mientras escuchaba sus gemidos, llegando así hasta su miembro que estaba muy erecto, empecé a masturbarlo y sus gemidos se hacían más y más fuertes hasta que lo metí en mi boca chupando, lamiendo, haciendo de él un juguete.

–Aaaaah–gime Adil–Para– me dijo entre dientes– Te lo quiero meter.

Me puse en la parte delantera de la cama boca abajo esperando sentir su duro miembro dentro de mí.

–Te va a doler un poco ¿ok? –me habló por lo bajo Adil que pegó su pecho hacia mi espalda y estaba realmente sudado. No sabía lo que se sentía pero sea doloroso o no, lo quería sentir. Lo vi bañar su pene en lubricante y me lo fue metiendo poco a poco.

–Mierda–gemí–Du-due-duele Ahhh–admito que se sentía horrible pero cuando fue metiendo un poco más suave se iba volviendo todo más placentero.

–Qué rico–gritó Adil metiéndolo más y más.

–¡Más rápido! –ordené sintiendo como bajaban las gotas de sudor hacia mi nuca.

Me agarré  de la cabecera de la cama fuertemente, me iba a correr y sentía un torbellino de emociones, estaba muy excitado, como nunca en mi puta vida.

–Aaaaaaah–gimió Adil inundándome de semen, nos habíamos venido ambos.

Se tumbó encima de mí y me beso haciendo otra guerra entre nuestras lenguas.


En la mañana me desperté viendo como yacía Adil al lado mío, tenía un maldito dolor de cabeza, estaba confundido y la noche anterior se me venía como pequeños fragmentos a mi mente, aunque no me arrepiento. Al pararme sentí la mano de Adil sobre mi brazo.

–Toma mi número–le dije agarrando su celular anotándolo–Esto no se queda así. –Me sonrió y salí de inmediato...no sabía exactamente qué me pasaba en ese momento pero estaba contento y liberado de presiones y estrés.

Vaya noche pasé.

-Bom bom bum: Una marca de chupetas.



¡Oh, Dios, mi primer yaoi hard! ¿Cómo quedó? No estoy segura, igual espero que les guste.

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Cuatro copas. [One shot Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora