Ya en el metro, suspiro aliviada,aún no se que es lo que ha pasado, y me parece que no lo quiero saber, todavía estoy asustada , así que cuando llega el tren, abro la puerta con las manos temblorosas; ahora mismo no querría ver mi cara, seguramente palida y con lo pelos desgreñados. Debo de tener razón respecto con mi físico, ya que la señora que esta bajando del tren me mira perpleja mientras coge a su hijo y se marcha tan rápido que casi se choca con otra persona que salía del tren.
En el tren no hay nadie excepto una anciana sentada leyendo el periódico, me siento enfrente suya.
-Hace un buen dia , ¿ no le parece?- pregunto para rellenar el silencio y romper un poco el hielo, yo soy así, no puedo soportar los momentos incómodos por muy vergonzosa que sea, y mucho menos silenciosos.
Como veo que no me contesta, me quedo mirando la parte de atrás del periódico.Es extraño, no entiendo nada de lo que pone, habla de una especie de experimento con humanos,( no se porque, pero el leerlo hace que me entren escalofríos) el caso es que trataba de tratarlos de otra manera y meterlos en una especie de hábitat por así decirlo, para ver como reaccionaban, pero el experimento fracasó, las personas se comportaban como animales salvajes sin sentimientos ni corazón , la directora del proyecto era una tal Elizhabeth Chase.
Esto me suena a cuento Chino, ¿cómo puede haber pasado esto en la vida real? Es imposible.
Cuando me doy cuenta, la anciana ya no esta, ha desaparecido, cosa imposible,ya que no había ninguna parada, pero se ha dejado ese extraño periódico,así que lo cojo y lo guardo en la mochila, porque ya no me da tiempo a leerlo ahora.
Bajo en la siguiente parada y me dirijo corriendo hacia el instituto, porque llego tarde, y desde aquí puedo oír esa típica canción de ascensor que usan para hacernos subir a clase.
Por fin llego a la pueta del colegio, tarde, cómo no, según mi reloj, mis compañeros han entrado hace un cuarto de hora.
Me apuro a subir los escaleras antes de que se den cuenta de que he llegado tarde, pero hoy no es que tenga muy buena suerte, y la directora no tarda en pararme.-¿Que hace usted aquí a estas horas?, debería estar en clase- pregunta mientras se baja las gafas y me lanza una mirada de desaprobación- Mas le vale que no vuelva a pasar- mientras se aparta permitienome el paso.
¡Uff! menos mal que no me ha castigado, suelo ser buena alumna así que los profesores no me suelen castigar. Empiezo a subir las escaleras de dos en dos con bastante prisa para no retrasarme más.
Aunque al principio la profesora me mira con mala cara, no tiene ninguna objeción al dejarme pasar y continuar con la clase.Las clases transcurren lentas y aburridas durante el día.
Al acabar,recojo mis cosas y me dispongo a marcharme a casa, cuando de repente alguien me coje del brazo, después de los sucesos de esta mañana, ahora mismo cualquier cosa me puede asustar de muerte, así que dejo escapar un pequeño gritito, del que me arrepiento enseguida al ver quien es. Junto a mi esta Leo Thomson, el chico mas guapo de todo el insti, mirándome en cara de pasmado al ver el grito que he pegado.-Emm.. Hola Rue, perdona por si te he asustado, no era mi intención -dice ruborizandose- Era por si te apeteceria venir a una fiesta que doy el sábado por la noche en mi casa. ¿Puedo contar contigo?
Mis oídos no dan crédito, tengo enfrente a un chico invitandome a una fiesta, y no es un chico normal, es él . Apenas me lo creo.
-Por supuesto que si -digo mientras me pellico el brazo disimuladamente,por si esto es un sueño.- Guay- dice con una de esas sonrisas que derritirian a cualquiera - Entonces te espero a las diez. Adios - mientras se da la vuelta y desaparece por la puerta.
Aun ni me lo creo, cuando compruevo que ya no queda nadie dejo escapar un grito de alegría y me dirigo hacia casa.
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INSIDE #GoldenAwardsJC #Fantasia
Fantasy¿Que pasaría si de repente tu vida normal diese un giro de ciento ochenta grados? ¿ Que te dejaran de tratar con una simple humana? Mi nombre es Rue, Rue Hunter y tengo 14 años, puede que fuese un chica normal. Hasta que un día desaparecí de la faz...