Siempre fui la hija bella, la hija inteligente y que todos creen "perfecta", pero nadie tuvo la decencia de preguntarme si quería serlo, por eso cuando morí a causa de un infarto provocado por el humo del incendio que hubo en mi apartamento, subí directamente al cielo, decidí consagrarme a ser un ángel para ayudar a los humanos, para ser la compañía y guiarlos, pero me faltaba mucho, era joven y para ser ángel primero debes ser escudero de uno, ayudarle a batallar y estar observando que decisiones hay que tomar y cuáles son las consecuencias de las que toma el protector con el humano.
Eaven era a quien yo escudaba, era muy chistoso y agradable siempre irradiando pureza, amaba estar con él, me enseñaba y sabía que lo quería era llegar a ser ángel y me preparaba para eso, de vez en cuando batallaba con su humano tratando de darle conciencia me preguntaba que pensaba y me hacía darle argumentos, hay veces me llevaba la contraria pero descubría que mis decisiones debían cambiar, no porque Eaven quisiera si no porque podría hacerle daño a su Jacob el humano que el cuidaba y a la familia o la gente que estaba alrededor, había que ver más allá ese era el principio del ángel .
Jamás olvidare la noche del 23 de septiembre que estábamos con Jacob en un sueño, lo estaban intentando atacar, un demonio de la peor calaña , cuando Eaven se dio cuenta fue por mi e iniciamos la batalla, Jacob estaba en un bosque muy oscuro y empezó hablar con un extraño pidiéndole indicaciones, pero las indicaciones de este señor viejo, arrugado con bastón y pelo blanco solo llevaban al niño al limbo, por eso mientras Eaven tenía una pelea a muerte con demonio, yo estaba siguiendo a Jacobo ( algo que ningún escudero debía hacer) para tratar de aconsejar a Jacob de seguir otro camino, intente por todos los medios, la idea estaba planteada, hasta que como Hansel y Gretel , le dije que si seguía el camino al otro lado encontraría miles de dulces, pero no era cierto lo único que encontraría era su casa pero así de simple no caería.
- Labina , pronto te darán tus alas de ángel, de eso estoy seguro, el señor está convencido de que tu estas lista y hablando con Gabriel hace unos días dijo que te tenía en su corazón para grandes cosas- me decía Eaven, mientras entrenábamos.
- Tú crees?, llevo mucho tiempo esperando, y no es que no me guste ser tu escudera, pero sé que puedo más.
- Estoy seguro Labina, y también sé que serás una maravillosa ángel, paciencia pequeña es la primera virtud que un ángel debe tener- mientras Eaven me terminaba de subir los ánimos llegaron los arcángeles Gabriel y Miguel acompañados de un ... Dios mío un Querubín esto ha de ser muy importante, los querubines no bajan donde nosotros fácilmente.
- Bendecidos estén hoy- dijo el arcángel miguel y Gabriel como buen mensajero dio un paso al frente y empezó con su discurso
- Labina y Eaven el señor necesita de su presencia en la asamblea de generaciones, pedimos que vayan sigan al querubín él os llevara a la asamblea y prepárense guerreros del cielo una misión está por llegar a vosotros.
- Bendecidos sean- dijimos Eaven y yo al mismo tiempo, y así Gabriel y Miguel desaparecieron el querubín empezó a volar, Eaven lo siguió cogiéndome de los brazos para llevarme a la asamblea.
En el cielo una asamblea de generaciones es donde se mira los pros los contras de la juventud, normalmente solo estaban los querubines y arcángeles, pero hoy necesitaban algunos ángeles seleccionados y por lo visto escuderos.
Nos detuvimos en el centro de bendiciones, resplandecía con su belleza, cuantas decisiones importantes se habrían tomado allí, todos los académicos, los puros y hasta el mismo Señor estuvieron ahí, hoy no vería al Señor, es difícil encontrarlo, solo lo había visto cuando morí y alguna que otra vez por ahí volando y alabando además hoy era decisión de serafines y arcángeles.

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El renacer de un angel
FantasyUn ángel, un demonio, una fase perpetua que convertirá al ángel a ser su propio demonio.