Soy Isaac, nací en el estado de Nueva Jersey, a la edad de 2 años mis padres decidieron mudarse a Indianápolis por el trabajo de mi padre.
Tuve una infancia muy común, me gustaba pasear en bicicleta, jugar al Gameboy, pasear a mi perro, jugar a la pelota y romper unas cuantas ventanas de la vecina vieja, amargada y ermitaña, e infinidad de esas estupidas cosas que haces cuando eres un chiquillo.No fue hasta la edad de 9 años que empecé a usar anteojos, los doctores notaban que mi vista no mejoraba, su solución, agregarme más y más aumento.
Perdí la vista del ojo a los 14 años mientras me duchaba, me asusté mucho, me puse una toalla con la espuma del champú aun derramándose por mi cráneo.
Me vi frente al espejo y tenía el ojo izquierdo muy rojo e inflamado, grite a madre y subió corriendo.
-!¿Qué sucede?!- gritó mi madre asustada
-¿Que tienes en el ojo?- me preguntó al verme
-¡No puedo ver!- dije llorando, me dolía terriblemente el ojo, como si mi ojo fuera a ser expulsado.Mi madre me ayudó a vestirme con lo primero que encontró y salimos de prisa al hospital.
Cuando llegamos, mi ojo empezó a lagrimar descontroladamente, lo ultimo que recuerdo de ese día fué el rostro de mi madre diciendo que todo iba a estar bien y ver las luces del hospital, yo, arriba de una camilla.
Desperté a los dos dias, estaba confundido, seguía sin ver, me sentí muy extraño, tenía vendado el ojo.
Mi padre estaba sentado a mi derecha, llamó a mi madre y me preguntó que como estaba y dijo que lamentaba no haber estado ahí, de pronto mi madre entró corriendo con un doctor detrás de ella, parecía que había llorado mucho, no me lo pregunte, ya que era obvio.-¿Cómo te va, chavo?-me preguntó un doctor tratando de ser amigable, aunque se veía ridículo.
-estuviste dormido durante dos días, que dormilon, amigo, descansaste?-
Lo mire con cara de desagrado.
-Vato, mientras estabas durmiendo, nos encargamos de estudiar lo que te sucedió, te tengo un mal rollo...-dijo el doctor
-¿puede hablarme como si no fuera un drogadicto?- interrumpí
-claro, lo lamento Isaac,¿no?, sólo quería que conectáramos.
-te tengo malas noticias... tienes cáncer ocular... amputamos tu ojo izquierdo, estaba invadido...-me dijo el doctor con tono serio.
No lo podía creer, el partido de basquetbol en el que iba a competir era mi mayor preocupación, y ahora, el ¡cáncer! Mi futuro se fue por el drenaje, estaba convencido de que moriría.
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Bajo mi misma estrella
Ngẫu nhiênSi estás leyendo esto seguramente es por el comentario de Marcus Zuzak hacia el libro "bajo la misma estrella" que dice: "llorarás, reirás y te quedarás con ganas de mas " Veras qué sucedió con Isaac antes, mientras y después de bajo la misma estrel...