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Christian se levantó tanto como pudieron responder su cuerpo, se quedó mirando la pequeña silueta de la joven, no sabia su nombre, pero con solo verla le bastó para saber que era la mujer mas hermosa del mundo, sabía que si ingresaba a las listas de la milicia, lo mas probable lo mandaran a Europa o al pacífico para alguna operación suicida, en fin todas esas opciones eran válidas ya que dentro de sí sabía que no volvería a ver aquella joven, so lo se quedaría con el recuerdo de su hermoso rostro, sus suaves palabras y sus labios color carmesí.

Al final del día había pasado, por cada uno de los exámenes, algunos más tortuosos que otros, pero ninguno como las malditas agujas, solo mantuvo la esperanza de volver a mirar ese hermoso rostro, al terminar todos los exámenes, a todos los postulantes los hicieron pasar a un salón en donde serían llamados individualmente para darle a conocer el resultado en forma personal, en el fondo del salón había una puerta, en donde los primeros 17 hombres habían pasado uno por uno, algunas con cara de alegría, otros solo cabizbajo, cuando llegó el turno de christian, sus manos sudaban, el quería pertenecer al ejército, quería luchar en una guerra en busca de venganza de los asesinos de su hermano.

-adelante.

Pronunció una fuerte voz del otro lado de la puerta.
Abrió la puerta, se percató de dos personas sentadas al otro lado del escritorio, un hombre mayor de aspecto rudo, vestía de su uniforme, se apreciaban Muchas piochas decorando cada medalla que había recibido, era un hombre digno de admirar.
Por otro lado habia una joven castaña, con una torre de carpetas al lado de ella, alzo la vista y christian volvió a perderse en el mar de los ojos azules de la joven enfermera, ella le paso una carpeta al hombre que estaba a su lado.

-christian evans.

-si,señor.

Respondió de forma automática, con voz firme y clara.

-bienvenido a las filas del ejército, la señorita lambert le hará entrega de una hoja en donde indica el lugar que pasaremos por usted,-ella me entrega una hoja con el instructivo de los horarios- será una semana se entrenamiento en nuestra base,por lo visto estaba en ultimo año de medicina, por lo que tiene cierto beneficio para el pelotón que sea asignado. Eso es todo puede retirarse, disfruta de tu familia muchacho.

se dan un fuerte apretón de manos al general y se marcha.

Camino a casa no puede dejar de pensar en la señorita lambert, sabía que no era la última vez que la vería, la buscaría sea como sea para averiguar su nombre, tal vez su madre tenga un poco de información, ella ha capacitado a enfermeras del ejército durante un buen tiempo e incluso después de su retiro tenía los contactos para hacer averiguar.

La mañana siguiente se vistió para correr, el bus de reclutamiento pasaría por el a las 14:00 horas, la anoche anterior estuvo teñida de recuerdos, a penas acababa la secundaria, cuando su hermano James estaba preparando para ingresar al ejército, su madre lo había ayudado a guardar todo en un pequeño bolso, christian creí que su hermano era un héroe, un joven atlético, con una mentalidad ganadora, fuerte, en cambio christian prefería estar pegado a los libros de medicina que habían en su casa. Se abrió paso por las calles y comenzó a correr con gran velocidad, no quería que lo atormentara el recuerdo de aquella tarde, en donde un oficial apareció con una bandera plegada sobre sus manos, en signo de duelo.

Corrió con la cabeza gacha y deprisa que no se percató en aquel par de jovencitas que venían en dirección contraria, las logró esquivar, pero atrás de ella venía una joven enfermera de cabello color castaño, el choque hizo que la joven cayera al suelo.
-idiota!.

Pronunció ella, era la peor manera de comenzar la mañana, quería insultarlo de mil formas posible, de verdad quería decirle esas palabrotas que pronunciaba los soldados cuando sentían dolor, pero no podía, ante todo sus padres le habían inculcado Buenos modales, sobretodo en una familia cuya madre inglesa había hecho énfasis en ser educada como si fuera de la realeza.
Christian se detuvo ayudar a la joven, al tomar su mano sintió un hormigueo por todo su cuerpo, quedo perdido una vez más en el océano que reflejaba los ojos de la enfermera lambert.

-por favor disculpe señorita, tenia mi mente en otro lugar, es cierto fui un idiota y uno muy grande.

Ella se sonrojo al ver otra vez al joven que había ayudado el día anterior, mil mariposas recorrieron su estómago, al sentir las manos del joven sobre su cintura, ayudandola a ponerse de pie.

-aceptaría que la invitará un café?, es lo mínimo que puedo hacer al comportarme como un idiota.

-lo siento soldado, tengo mucho trabajo hoy, será en otra oportunidad.

Un dolor se atravesó por su pecho, no sabia porqué? Al parecer creía que seria la ultima vez que lo vería.

-Adiós soldado, esta perdonado.

Christian sabía que esta era su oportunidad para saber algo más que su apellido.

-espera- tomó la mano de la enfermera- por lo menos de dirá su nombre?

Ella le dio una sonrisa encantadora, christian sintió que volvía a tocar el cielo.

-anastasia.

Sin mas se perdió entremedio de la multitud de enfermeras que la esperaban más adelante.

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Bueno bueno otra vez rompi mi.promesa, pero es culpa de ustedes por dejarme tantos lindos comentarios apoyando la historia... cada capítulo será dedicado a cada una de mis fieles seguidoras... Este será para @marjoriefancellir

reencarnacion #TheGrey'sAwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora