16 libertad

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Stephano caminaba por su techo boca abajo como murciélago...

Él era rubio platinado, alto, delgado y de ojos de un contraste entre verde y azul, era muy guapo, pero a la vez siniestro.

Hablaba desde el suelo su vasallo llamado Raleo.

-mi señor, no sería mejor que dejara ser a esos dos chicos ser felices y dejarlos en paz-dijo con miedo el vasallo.

-no puedo

-¿Por qué mi señor?

-porque sería una tragedia-dijo caminando de un lado a otro en su techo muy nervioso.

-¿Por qué tragedia?

-por una razón que no puedo confiarte este secreto, JAJAJAJAJAJAJJAJAJAJAJA-rio como un loco.

-señor creo que no seré parte de este juego cruel, estos chicos merecen ser felices-dijo exaltado.

-UYUY, JAJAJAJAJJAJAJAJA ¿quieres abandonarme? ¿Lo quieres hacer?-grito como un verdadero maniático.

Y en ese momento bajo rápidamente del techo, corrió hacia su vasallo, lo tomo del cuello y se lo quebró, después le mordió el cuello y el pobre vasallo sintió felicidad de por fin ser libre.


Amor con muchos prejuiciosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora