Prólogo.

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-Yo solo quiero amigos-comenté en una voz, apenas audible

-Yo soy tu amigo-respondió abrazandome, haciendo estremecer todo mi cuerpo

-Tengo miedo...-susurré contra su pecho.

Siento que llevo mucha presión desde hace mucho.
¿En que momento regrese a estas cosas?

-Estaré aquí para ti, no tengas miedo.-susurró en mi oido con voz suave.

-¿Lo prometes?-respondí temerosa. Sin importarme lo ridícula que pude haber sonado.

-Lo prometo-dijo con demasiada seguridad en su voz.

Sentí el dolor expandirse por todo mi cuerpo. Necesito sacar esta presión. Sin darme cuenta en que momento, las lágrimas caían de mis ojos como cascada.
Hace mucho que no lloraba tanto en un día.

Sentí su tacto en mi largo cabello, como siempre suele hacerlo y de inmediato me tranquilicé, me sentí liberada de aquella presión. Casi nunca me permitía llorar por mi estúpido orgullo.

Hoy no pude hacerlo.

-Gracias...-pronuncié más tranquila.

-De nada- dijo sonriendo de oreja a oreja, sentí algo cálido en mi interior, sin embargo, solo sonreí. Hace mucho que no tenía tantas emociones en un día. Me gusta esta sensación.

Me gusta sentirme normal.
Me gusta la persona en la que me convertía estando a su lado.


No se porque los demonios de mi pasado tenían que volver justo ahora.

Mi Destino MarcadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora