No. No quiero. No quiero estar soltera contigo.
"Quiero estar soltera, pero contigo".
Pero yo no, yo no quiero.
No quiero.
Y suena fatal cuando lo lees, ya lo sé.
Pero la carta de Isabelle Teissier sólo suena bien en el papel.
Porque muchas lo hemos vivido y no, no queremos.
No queremos ese "contigo pero sin tí".
No queremos, o sólo lo queremos en parte.
Sí, quiero que salgas con tus amigos y yo quiero salir con mis amigas.
Pero no quiero que otra chica te ponga ojitos. Porque los únicos ojitos con derecho a ponerte son los míos.
Quiero que la cerveza con tus amigos dure todo lo que tenga que durar. Pero que vuelvas siempre conmigo.
Que no esperes a la cruel resaca para llamarme.
No quiero ni un minuto pegada al móvil preguntándome dónde estás. Porque es mejor cuando lo se.
Quiero que me quieras. En la salud y en la enfermedad. En lo bueno y en lo malo.
Y no quiero decir hasta que la muerte nos separe porque, con los tiempos que corren, suena casi a utopía.
Pero sí, hasta el infinito. Conmigo.
Porque en las relaciones de "soltera, pero contigo" siempre hay uno que sufre. Siempre hay uno que da más, que se esfuerza y que lo entrega todo.
Y a ese uno, las noches a solas y las tardes sin final le saben a limón y a sal. Sin tequila para que el trago pase mejor.
No quiero estar soltera contigo. Quiero estar siempre juntos. Discutir. O decirnos nada.
Quiero estar contigo cada mañana caliente y cada noche de frío. Y viceversa.
No quiero un viaje sin ti. Ni más de tres noches durmiendo sola. Quiero salir en muchas fotos contigo, quiero que los garitos cierren porque tu y yo salimos de la mano.
Y no quiero imaginar un frío apartamento en el que no sé si tu estarás.
Quiero una casa bonita para los dos. Quiero una casa con habitaciones para el niño con superpoderes y para todos los niños que quieran llegar. Con jardín para un perro, que terminarás cuidando tú porque yo soy un desastre.
Que lo sabes, que no tengo freno. Que acelero de cero a cien en un segundo. Que hago daño hasta por mensaje. Que hay llamadas que no tengo que hacer. Que hay cosas que no se dicen.
Pero, aún así, sigues aquí. Y eso es lo que quiero, que me quieras como soy.
Sin fuerza de voluntad. Sin la autoestima suficiente para decirte que quiero estar soltera contigo. Porque tengo miedo a perderte. Porque lo bueno desaparece en un segundo.
Quiero una vida entera contigo. Que los abrazos no tengan hora, con besos sin fecha para consumir. Que me levante cada mañana sabiendo que he escogido al mejor.
Y que el mejor estará conmigo. Siempre. Mañana, tarde y noche.
No quiero estar soltera, pero contigo. No quiero estar casada, pero contigo.
Yo solo quiero estar. Contigo.